jueves, 9 de enero de 2025

A LA BÁSCULA


La van a hacer de agua


Julián Parra Ibarra

El proyecto presidencial de Agua Saludable para La Laguna, ha sido a lo largo

de los casi cuatro años desde que fue anunciada su realización, más

manoseado por los discursos oficiales, que efectivo para cumplir con el

objetivo para el que se supone que fue anunciado en marzo de 2021 por ya

sabe usted quién.

En aquél ya lejano 27 de marzo de 2021, el entonces rey del palacio anunció

el inicio de las obras del proyecto “que comenzará a cumplir su objetivo en

2023” se dijo en ese entonces, y que no era otro, subrayó, que el de que “los

habitantes de la Comarca Lagunera comenzaran a consumir agua

potabilizada de buena calidad”.

Durante el anuncio se dijo que Agua Saludable para La Laguna formaba parte

de un puñado de proyectos prioritarios para el gobierno federal, como el

Tren Maya o el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, por lo que estaría bajo

permanente supervisión para que los trabajos no se rezagaran y terminaran

en el tiempo marcado por el cronograma de la obra que, según se informó en

ese momento, habría de tener un costo de 8 mil millones de pesos.

Terminó el 2023 y no solo se incumplió la promesa inicial de que en ese año

empezaría a cumplir su objetivo de abastecer de agua potabilizada en calidad

y cantidad suficiente a los habitantes de los municipios de la Zona Conurbana

de La Laguna, sino que para febrero de 2024 el costo de la obra ya danzaba

alrededor de los 11 mil 141 millones de pesos, pero ahora sí ese año quedaría

concluida.

Solamente para dar cumplimiento a sus fantasías, el rey del palacio vino por

enésima vez a La Laguna en agosto de 2024 para entregar la segunda etapa

del proyecto Agua Saludable para La Laguna y develar una placa para que

quede inscrito su nombre. Los tres principales municipios de la mancha

urbana, Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, habían informado de la realización


de obras para introducir las líneas de conducción que abastecerían a sus

respectivos sistemas operativos de agua.

El presupuesto para ese entonces ya había escalado los 17 mil millones de

pesos, pero la obra seguía inconclusa y solo en determinados momentos los

municipios tuvieron que realizar acciones para evitar la fuga y desperdicio del

agua, ya que según dijeron en distintos momentos, los periodos de prueba de

Agua Saludable, había provocado ruptura en las tuberías de las líneas de

conducción municipales.

Durante la ceremonia de la entrega de la segunda etapa, ya estuvo presente

en su calidad de presidente electa, Claudia Sheinbaum, a quien le sugerimos

que se siente con los gobernadores Manolo Jiménez y Esteban Villegas,

porque a los tres la obra les fue heredada, así como se encuentra

actualmente, y dudo mucho que conozcan a fondo todo el proyecto, los

pasos que se han dado, lo que sigue pendiente, lo que ha costado, y lo que se

incrementará hasta que –si es que eso sucede- finalice la obra.

Aunque en otros momentos ha sido uno de los principales aplaudidores del

proyecto y presumido sus ‘bondades’, y del entonces presidente de la

república, esta semana el alcalde de Lerdo, Homero Martínez Cabrera lanzó

un sutil reclamo porque, subrayó, el municipio enfrenta el desafío que

representa abastecer de agua a la población mediante los 13 pozos ubicados

en la zona urbana porque “el proyecto de Agua saludable no está en

operación”.

Según reveló, está a la espera de una reunión con el encargado de la

Comisión Nacional del Agua, Gabriel Riestra, para conocer los detalles sobre

la operatividad del proyecto Agua Saludable para La Laguna. Es decir, cuatro

años después del inicio de las obras, poco más de un año que se suponía

comenzaría a cumplir su objetivo de dotar de agua potabilizada de alta

calidad en cantidad suficiente a los habitantes de La Laguna, y casi medio año

que se develó una placa porque se había entregado la segunda etapa de la

obra ¿todavía no está en operación?

Desde que se anunció la obra, comenté con usted en este mismo espacio,

que ésta iba a resultar un rotundo fracaso, y cada vez me dan más

argumentos para seguirlo sosteniendo. Los gobiernos tienen la costumbre


–porque le apuestan a la cortedad de la memoria de los mexicanos- de dejar

lo que no le interesa, al paso de los años, y en determinado tiempo, la gente

ya no se va acordar. No sé si esa sea la apuesta con Agua Saludable. No

quiero pensar mal, pero ya han ido dejando correr el tiempo y ni siquiera las

autoridades locales son informadas en tiempo y forma del ‘status’ de la obra.

No quiero pecar de mal pensado –aunque dice el dicho que pienses mal, y

acertarás-, pero empiezo a sospechar con el pecho y calcular con la

calculadora, que es muy probable que al final, esa tan manoseada, sobada y

cacaraqueada obra, nos la van a terminar de hacer de gua. Al tiempo.

¿Y los miles de millones de pesos que ahí se han gastado? Eso suponiendo

que efectivamente se hayan invertido en la obra ¿Y si no?


laotraplana@gmail.com

X= @JulianParraIba

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