martes, 9 de febrero de 2021

A LA BÁSCULA


Una vacuna: un voto

Julián Parra Ibarra

En Estados Unidos, donde ya se han aplicado más de 41 millones de vacunas contra el Coronavirus, el gobierno del presidente Joe Biden en un acto de honestidad y anteponiendo el interés supremo de la salud de los norteamericanos, reconoció que el Gobierno Federal no tenía la capacidad para conservar el monopolio ni de la distribución ni de la aplicación del inmunizante, por lo que delegó a los gobiernos de los estados esa responsabilidad, además para evitar duplicar esfuerzos.

Pero no solo eso, sino que ha permitido que clínicas, hospitales y farmacias privadas, puedan vender y aplicar la vacuna en sus instalaciones. Se estima que en el vecino país del norte hay alrededor de 80 mil sitios donde las personas pueden acudir y recibir la vacuna. No por nada el pasado domingo se aplicaron más de 2 millones de dosis en una sola jornada.

Previo a las elecciones presidenciales estadounidenses, Donald Trump le dio un uso político a la pandemia, y terminó por hundir a su país en una crisis sanitaria totalmente desbordada, que ahora el nuevo gobierno está adoptando todas las medidas para revertirla, y por eso se toman decisiones responsables, anteponiendo la salud de la gente por encima de cualquier cosa. Eso ocurre cuando la salud se despolitiza.

En México en cambio, las cosas se hacen totalmente al revés, es decir, como aquí hay elecciones en puerta, se quiere mantener en el Gobierno Federal el control de la vacuna, para en un momento aparecer como los héroes de la película, y con ello sacar raja política y electoral para la jornada comicial del próximo mes de junio.

Y como la pandemia se ve desde ese filtro, impensable que en México el gobierno federal se apoyara en los gobiernos estatales para una mejor distribución de la vacuna y una aplicación más rápida de la misma. Pero ¿cómo se los van a dejar a los gobiernos estatales?, porque entonces serían estos los que se podrían llevar los aplausos…y los votos.

Cuánta ruindad porque para empezar ni vacunas hay en México, pero además se ve a cada receptor no como a una persona a la que se le puede salvar la vida, sino un voto que se puede conquistar para la causa, así en ese proceso se sigan perdiendo vidas humanas por racimos.

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

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