Dura lex, sed lex
Julián Parra Ibarra
Dice un viejo adagio popular que el
que se enoja pierde, pero cuando el que se enoja es el Presidente, es el país
el que sale perdiendo; y por muchas y muy variadas razones, el de México ha
venido exhibiendo recientemente un creciente mal humor, que a su vez está
provocando un muy mal humor social entre cada vez más sectores.
Los amparos promovidos en contra de
su reforma a la Ley Eléctrica porque se consideró que era inconstitucional, y
que generó la reacción de: “si es inconstitucional, modificamos la Constitución”;
la negativa del INE a registrar la candidatura de su ‘Nene consentido’; las
marchas en distintos puntos del país por parte de médicos del sector privado
que exigen la aplicación de la vacuna, y que encontraron la respuesta de “que
se esperen, hasta que les toque”, son algunos de los motivos de la irritación
del Presidente.
A los médicos, que en sus
diferentes movilizaciones para exigir que les apliquen el inmunizante, algunas
de sus expresiones fueron de que han pasado de ser de héroes a mendigos,
pidiendo que los vacunen. Una de las respuestas fue que ni siquiera eran tantos
los manifestantes, y quizá la mejor frase surgió en Torreón de médicos
laguneros: “somos poquitos porque somos los que quedamos”. México, tristemente,
es el país que ocupa el primer lugar en muertes de personal del sector salud
durante la pandemia.
Y ha asegurado que si un juez
ampara –a eso han tenido que llegar los médicos para que a pesar de que antes
eran considerados los héroes, les puedan proteger con la vacuna-, su gobierno
cumplirá y lo vacunará, pero todavía les cuestiona si además de ser legal, el
asunto no es moral, de integridad y justo.
Y les ha rematado que el de los
médicos es el pensamiento que prevaleció entre los neoliberales, de
individualismo, egoísmo, influyentísimo, corrupción ¿A usted le parece que lo
que piden los médicos sea individualismo, egoísmo cuando muchos han perdido la
vida por atender a los demás, es influyentísimo o corrupto?
La sensibilidad, sin embargo, la
tiene a flor de piel en el asunto de Félix Salgado Macedonio, donde a toda
costa lo quiere ver no solo como candidato, sino como gobernador de Guerrero a
pesar de todo lo negativo que viene arrastrando, entre muchas otras cosas,
acusaciones de violación y violencia sexual contra mujeres guerrerenses, y
quien puede ser capaz de amedrentar y amenazar de muerte a los consejeros del
INE al más puro estilo del narco, con ataúdes y mensajes, ahí la cosa ‘varea y
cambea’.
Así como hay la intención y la
disposición de cambiar la Constitución para que su reforma a la Ley de Energía
pase como él la quiere, así también han intentado doblarle el brazo al INE para
que le aplique otro tipo de sanciones a su ‘Nene consentido’ y no lo castiguen
con el retiro de la candidatura. Aunque no esté considerado en la Ley, pide que
se haga una encuesta para que ‘el pueblo’ decida si lo quieren como candidato.
Eso sí que es individualismo,
egoísmo, influyentisimo y corrupción, y en caso del guerrerense sí quiere que
proceda, pero ha ido todavía muchísimo más lejos con la amenaza de desaparecer
al INE, y como twitteó algún periodista de los llamados medios nacionales, “el
INE nos cuesta caro, pero nos resultaría más caro no tenerlo”.
Hay un principio general de derecho
que reza que ‘Dura lex, sed lex’ –‘la ley es dura pero es la ley’-, lo que
significa que por muy dura que sea, la aplicación de las leyes se debe ser por
igual a todas las personas. Y no puede ser posible que alguien que juró
respetar la Constitución y las leyes que de ella emanen, esté invitando a
inventar un mecanismo ilegal no considerado en la ley en la materia, para que
la candidatura de alguien a quien le negaron el registro por incumplirla, le
sea respuesta mediante una encuesta ¿en qué parte de la ley se ofrece esa
posibilidad para dar salida a una ilegalidad?
Aún con el amparo obtenido por
algunos médicos para obligar al gobierno a que les cumpla el derecho que tienen
de ser vacunados puesto que son personal de la primera línea de combate al
Covid, el presidente cuestiona si es moral y justo, y les acusa de neoliberales,
de individualistas, egoístas, influyentes y corruptos.
¿En cuál de los casos considera
usted que aplica lo de influyentisimo y corrupción?
Ni modo, lo quieran o no aceptar,
pero ‘Dura lex, sed lex’. Así se enoje el Presidente, quien desea que se
haga la voluntad de Dios ‘pero en los bueyes de mi compadre’.
@JulianParraIba
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