Justicia a meses sin intereses
Julián Parra Ibarra
México es un país en el que la justicia es para quien
pueda pagar por ella, así sea aprovechando las promociones de cubrirla en
parcialidades y sin el cobro de intereses; de esa manera pueden comprar su
libertad, a la que muchos no tienen acceso porque les falta eso precisamente,
el poderoso caballero que es don dinero.
Por mucho que se diga que ante la justicia todos somos
iguales, sí, pero hay que recordar que unos son más iguales que otros.
Alonso Ancira, presidente del Consejo de Administración
de Altos Hornos de México (AHMSA) fue detenido en España y extraditado a
nuestro país, acusado por la Fiscalía General de la República (FGR) de los
delitos de corrupción, lavado de dinero, operaciones con recursos de
procedencia ilícita, fraude contra la administración pública y asociación
delictiva.
Todos estos delitos quedaron de lado cuando su defensa
ofreció a Pemex la devolución de poco más de 216 y medio millones de dólares –y
la paraestatal los aceptó- como pago para resarcir el daño provocado por la
venta fraudulenta de la planta de Agronitrogenados.
Desconozco si la justicia mexicana estaba bajo alguna
promoción como la del ‘Buen fin’, o meses sin intereses, pero lo cierto es que
se le permitió a Ancira firmar un documento en el que se compromete a pagar la
cantidad que se supone correspondió al daño patrimonial causado entonces a
Pemex, pero en tres cómodas anualidades, y sin intereses. Por eso creo que la
promoción era a meses sin intereses, más no sé si pagando con su tarjeta de
crédito de alguno de los bancos participantes.
Lo cierto es que no bien se terminaba de firmar el
documento, cuando el juez ya estaba girando la orden de libertad para el
llamado ‘Rey del acero’, y antes de que termino de platicárselo, Ancira salió
del Reclusorio Norte en una camioneta blindada, en el asiento del copiloto,
portando traje aunque sin corbata, fumando puro y una gran sonrisa en el
rostro.
Y cómo no iba a salir contento, si aprovecho la ganga que
se le presentó, como esas que anuncian en los supermercados como ‘oferta de
cinco minutos’, y en un santiamén se resolvió todo y ya estaba en la calle
disfrutando de su libertad…y de su fortuna.
No cabe duda que en este país, la justicia es para el que
puede pagar por ella.
@JulianParraIba
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