viernes, 29 de enero de 2016

A LA BÁSCULA

Universidad del secuestro

Julián Parra Ibarra

De acuerdo con un trabajo periodístico del portal de noticias www.animalpolitico.com publicado el pasado lunes con base en datos actualizados del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el estado de Durango se encuentra en el ‘top ten’ de los estados en los que siguen trabajando mandos policiacos que en una o varias intentonas, no han logrado aprobar las pruebas de control y confianza, es decir, que a pesar de no ser confiables para desempeñar los puestos que ahora ocupan, han sido sostenidos y siguen ocupando jefaturas en los cuerpos estatales de seguridad pública.

De acuerdo con el documento del SNSP, Veracruz, Jalisco, Zacatecas, Sinaloa y Michoacán son los estados que presentan el más alto porcentaje de mandos policiacos no confiables con por lo menos 30 por ciento de ellos. El listado de los primeros 10 entidades en este nada grato ‘ranking’ lo complementan Michoacán, Nayarit, Morelos, Durango, Sonora y Quintana Roo, en ese orden.
En este mismo estado de Durango, donde al menos 15 por ciento de los mandos policiacos de las corporaciones estatales no son confiables, las autoridades que los han sostenido en sus puestos, piden a la ciudadanía que confíe en que no significará ningún riesgo el hecho de que el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 14 ubicado en Gómez Palacio, se convertirá en el penal donde de acuerdo a lo anunciado recientemente, serán recluidos todos los secuestradores que se encuentran purgando condenas en las diferentes cárceles del país.

De acuerdo con esa proyección, en los próximos días la Comarca Lagunera será la nueva casa donde habiten secuestradores tan famosos como Daniel Arizmendi ‘El Mochaorejas’, los integrantes de la banda de ‘Los Caletri’, y muchísimos más que quizá no tengan la fama de los mencionados, pero que han sido tan o más sanguinarios que sus famosos ‘colegas’.

Esto significa que el Cefereso gomezpalatino se convertirá en el ‘reservorio’ de los secuestradores del país, y ello atraería a la región a familiares, amigos, abogados y quizá hasta ‘socios’. Hay temores fundados de que éstos últimos para solventar los gastos de traslado a nuestra tierra y su estancia en la misma, pudieran empezar a ‘trabajar’ aquí.

En noviembre de 2010, cuando Jorge Herrera realizó el anuncio de la construcción del Cefereso en territorio lagunero, dijo que este sería una de los 12 que el gobierno federal construiría en distintas partes del país, que tendría un costo de 2 mil 500 millones de pesos, que estaría listo en 18 meses y que generaría al menos mil 500 empleos permanentes una vez que entrara en funcionamiento.

‘Generoso’ como es y muy afín a las ideas panistas, Herrera Caldera dijo entonces que personalmente le manifestó al entonces presidente, Felipe Calderón, “su disposición de colaborar en el tema, con el Presidente de la República” ¿Por qué si iban a ser 12 Ceferesos, se eligió a Gómez Palacio? ¿A quién se consultó, le preguntaron a los laguneros si estaban de acuerdo o al menos se les advirtió ‘ahí va el agua’? No. Nada.
En febrero de 2011 cuando se anunció el inicio de la construcción del penal federal, el propio Herrera Caldera repitió una y otra vez, que el centro penitenciario –que ya no tendría un costo de 2 mil 500 millones de pesos, sino 4 mil- tendría una capacidad para albergar a 2 mil 500 internos.

Poco más de 36 meses después de que se inició su construcción, el penal fue inaugurado, se insistió, con un costo de 4 mil millones de pesos sobre la superficie de 100 hectáreas y con una capacidad para 2 mil 500 presos, que estaría internados en celdas de 3 por cuatro metros.

Al hacer el anuncio de que La Laguna será el ‘reservorio’ de los secuestradores en México, Herrera Caldera por decreto aumentó la capacidad de los 2 mil 500  a 4 mil internos, cantidad que se cubrirá con todos los secuestradores internados en el sistema penitenciario mexicano.

Aunque al principio muy débiles, cada vez se han venido sumando más voces que se vienen levantando en contra de la decisión de traer a La Laguna a quienes han perpetrado uno de los delitos –si no es que el que más-, que mayor impacto y daño causa a las víctimas y a sus familiares, porque les dejan secuelas de por vida. Si no se logra frenar esta iniciativa, La Laguna corre el peligro de convertirse en la Universidad del Secuestro, porque los aprendices se especializarán al convivir con maestros de ese delito, como ‘El Mocha Orejas’, los Caletri y compañía.
Que no se diga luego que no se hizo la advertencia a tiempo.


@JulianParraIba 

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