Universidad
del secuestro
Julián Parra Ibarra
De acuerdo con un trabajo periodístico del portal de
noticias www.animalpolitico.com
publicado el pasado lunes con base en datos actualizados del Sistema Nacional
de Seguridad Pública, el estado de Durango se encuentra en el ‘top ten’ de los
estados en los que siguen trabajando mandos policiacos que en una o varias
intentonas, no han logrado aprobar las pruebas de control y confianza, es
decir, que a pesar de no ser confiables para desempeñar los puestos que ahora
ocupan, han sido sostenidos y siguen ocupando jefaturas en los cuerpos
estatales de seguridad pública.
De acuerdo con el documento del SNSP, Veracruz, Jalisco,
Zacatecas, Sinaloa y Michoacán son los estados que presentan el más alto
porcentaje de mandos policiacos no confiables con por lo menos 30 por ciento de
ellos. El listado de los primeros 10 entidades en este nada grato ‘ranking’ lo
complementan Michoacán, Nayarit, Morelos, Durango, Sonora y Quintana Roo, en
ese orden.
En este mismo estado de Durango, donde al menos 15 por
ciento de los mandos policiacos de las corporaciones estatales no son
confiables, las autoridades que los han sostenido en sus puestos, piden a la
ciudadanía que confíe en que no significará ningún riesgo el hecho de que el
Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 14 ubicado en Gómez
Palacio, se convertirá en el penal donde de acuerdo a lo anunciado
recientemente, serán recluidos todos los secuestradores que
se encuentran purgando condenas en las diferentes cárceles del país.
De acuerdo con esa proyección, en los próximos días la
Comarca Lagunera será la nueva casa donde habiten secuestradores tan famosos
como Daniel Arizmendi ‘El Mochaorejas’, los integrantes de la banda de ‘Los
Caletri’, y muchísimos más que quizá no tengan la fama de los mencionados, pero
que han sido tan o más sanguinarios que sus famosos ‘colegas’.
Esto significa que el Cefereso gomezpalatino se
convertirá en el ‘reservorio’ de los secuestradores del país, y ello atraería a
la región a familiares, amigos, abogados y quizá hasta ‘socios’. Hay temores
fundados de que éstos últimos para solventar los gastos de traslado a nuestra
tierra y su estancia en la misma, pudieran empezar a ‘trabajar’ aquí.
En noviembre de 2010, cuando Jorge Herrera realizó el
anuncio de la construcción del Cefereso en territorio lagunero, dijo que este
sería una de los 12 que el gobierno federal construiría en distintas partes del
país, que tendría un costo de 2 mil 500 millones de pesos, que estaría listo en
18 meses y que generaría al menos mil 500 empleos permanentes una vez que
entrara en funcionamiento.
‘Generoso’ como es y muy afín a las ideas panistas, Herrera
Caldera dijo entonces que personalmente le manifestó al entonces presidente,
Felipe Calderón, “su disposición de colaborar en el tema, con el Presidente de
la República” ¿Por qué si iban a ser 12 Ceferesos, se eligió a Gómez Palacio?
¿A quién se consultó, le preguntaron a los laguneros si estaban de acuerdo o al
menos se les advirtió ‘ahí va el agua’? No. Nada.
En febrero de 2011 cuando se anunció el inicio de la
construcción del penal federal, el propio Herrera Caldera repitió una y otra
vez, que el centro penitenciario –que ya no tendría un costo de 2 mil 500
millones de pesos, sino 4 mil- tendría una capacidad para albergar a 2 mil 500
internos.
Poco más de 36 meses después de que se inició su
construcción, el penal fue inaugurado, se insistió, con un costo de 4 mil
millones de pesos sobre la superficie de 100 hectáreas y con una capacidad para
2 mil 500 presos, que estaría internados en celdas de 3 por cuatro metros.
Al hacer el anuncio de que La Laguna será el ‘reservorio’
de los secuestradores en México, Herrera Caldera por decreto aumentó la
capacidad de los 2 mil 500 a 4 mil
internos, cantidad que se cubrirá con todos los secuestradores internados en el
sistema penitenciario mexicano.
Aunque al principio muy débiles, cada vez se han venido
sumando más voces que se vienen levantando en contra de la decisión de traer a
La Laguna a quienes han perpetrado uno de los delitos –si no es que el que
más-, que mayor impacto y daño causa a las víctimas y a sus familiares, porque
les dejan secuelas de por vida. Si no se logra frenar esta iniciativa, La
Laguna corre el peligro de convertirse en la Universidad del Secuestro, porque
los aprendices se especializarán al convivir con maestros de ese delito, como
‘El Mocha Orejas’, los Caletri y compañía.
Que no se diga luego que no se hizo la advertencia a
tiempo.
@JulianParraIba
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