Julián
Parra Ibarra
Sólo frases
‘No
disparen, soy periodista’, ‘Frente a sus balas, nuestras palabras’, ‘No se mata
a la verdad asesinando periodistas’, son frases que lastimosamente sólo se han
quedado registradas en pancartas, mantas, lonas y en notas periodísticas sobre
todo en los momentos de los embates que la gente del gremio y los medios de
comunicación han padecido en México en los años recientes.
Veracruz
es el estado en que en los años recientes se presenta como el territorio más
riesgoso para el ejercicio del periodismo, de acuerdo con cifras de la
Procuraduría General de la República, cuyos registros a partir del año 2000 y hasta
el mes de agosto del año pasado, contabilizaban 16 periodistas asesinados y
cuatro desaparecidos, según una publicación del periódico El Financiero
(http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/veracruz-estado-de-alto-riesgo-para-periodistas.html).
De
acuerdo con un informe de la Fiscalía para la Atención de Delitos Cometidos
contra la Libertad de Expresión,
solamente en la administración del priista Javier Duarte de Ochoa hasta la fecha del informe, habían ocurrido
62 por ciento de los casos de comunicadores asesinados (10) y 100 por ciento de
los desaparecidos (4) en Veracruz. Además un informe de la organización
Artículo 19 hasta julio del año pasado, detallaba que había 37 periodistas
desplazados de Veracruz por amenazas atribuibles al crimen organizado, pero
también al gobierno estatal y algunos municipales.
Finalmente,
es obvio que el gremio periodista jamás podremos ganar la guerra de la espada
contra la pluma, sobre todo con gobiernos represivos como el de Duarte de Ochoa
en Veracruz. Sobre todo porque pareciera que a ningún gobierno del nivel que me
lo ponga y a muchísimas organizaciones defensoras de los derechos humanos,
parece importarles los ataques –y la muerte- de los periodistas.
Sal en la herida
La
reciente muerte de la periodista Anabel Flores Salazar, vuelve a ponerle sal a
la herida del gremio. Si bien su cuerpo fue hallado en territorio del estado de
Puebla, también lo es que fue secuestrada por un comando de hombres armados en
territorio veracruzano, 24 horas antes de que apareciera sin vida en la carretera Cuacnopalan-Oaxaca con
dirección al municipio de Tehuacán, es decir, a aproximadamente 15 kilómetros
de su domicilio del que fue sacada.
De
acuerdo con autoridades poblanas, el cuerpo de la periodista estaba con los
ojos vendados, semidesnuda, y atada de pies y manos, con huellas de que fue
torturada antes de ser asesinada. Otra vez en la desaparición –y muerte-,
vuelve a aparecer el nombre del estado de Veracruz y su represor gobernante
Javier Duarte de Ochoa.
¿De verdad nadie?
Luego
de tantas evidencias de las tropelías, abusos de autoridad, ejecuciones masivas,
desapariciones, ejecuciones y muerte y desaparición de periodistas y activistas
de los derechos humanos, en los que se revela la participación del gobierno de
Duarte –por comisión u omisión-, resulta increíble que en Veracruz no pase
nada, y cuando pasa, tampoco pasa nada.
¿De
verdad no hay nadie que le ponga un freno a Javier Duarte en Veracruz? ¿Al
gobierno federal no le importa lo que ocurra en ese bellísimo estado manchado
de sangre en parte por acciones de su mandatario estatal? ¿A poco nadamás porque
es de su propio partido el Presidente va a seguir tolerando y permitiendo que
Duarte de Ochoa siga cometiendo todos los horrores en que todo parece indicar
está implicado su gobierno?
¿Por
qué con Duarte el gobierno federal no es tan implacable como lo ha sido con el
panista ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, cuyos principales
colaboradores han sido detenidos y él mismo y su familia señalados con índice
de fuego por cualquier cantidad de delitos? ¿A Padrés sí porque es panista y a
Duarte de Ochoa no porque es priista? Y aun así, el PRI negocia una
concertacesión y catafixiar Durango por Veracruz.
Una buena
Mejor,
hablamos de cosas positivas. Que gusto saber que mi querido amigo Juan de León
Estrada, gente de mucho trabajo, disciplina y lealtad, rindió protesta como
vicepresidente de Comunicación del Comité Directivo Estatal de la Fundación
Colosio Filial Coahuila.
Como
él mismo lo dijo, nosotros también estamos seguros que desempeñará esta nueva encomienda con pasión
y responsabilidad, porque no sabe hacerlo de otra manera,
la pasión y la responsabilidad son su estilo de vida.
Felicidades.
@JulianParraIba
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