martes, 11 de septiembre de 2018

A LA BÁSCULA



Que no se nos olvide

Julián Parra Ibarra

En las casi tres más recientes décadas, Torreón ha tenido cinco administraciones priistas –Carlos Román Cepeda, Mariano López (y su interino Salvador Jalife), Salomón Juan Marcos (y si interino Javier Garza), Eduardo Olmos y Miguel Ángel Riquelme Solís (y su interino Jorge Luis Morán); y cuatro panistas –Jorge Zermeño Infante, Guillermo Anaya Llamas, José Ángel Pérez y actualmente otra vez Jorge Zermeño -en esta administración de un año-, y a partir del 1 de enero de 2019 otra vez Zermeño, primer alcalde reelecto, para una nueva gestión de tres años.

Así a bote pronto me viene a la memoria que al menos en ese periodo, no ha pasado una administración municipal -ni estatal- que desde 1990 no haya abordado el tema de la necesidad de un sistema de drenaje pluvial para la ciudad, y que no haya hecho al menos mediáticamente, el anuncio de millones de pesos para empezar a su construcción porque –justo al momento de una inundación en las partes bajas de la ciudad-, es la última ocasión que los torreonenses padecerán de este problema.

Desde el entonces bautizado popularmente como el ‘zanjón pluvial’, en la administración de Carlos Román Cepeda, a la fecha no hay alcalde que no haya anunciado la inversión de ‘equis’ cantidad de millones para solucionar de raíz el problema, pero el problema real es que las inundaciones se repiten cada época de lluvias, y ni el sistema de drenaje pluvial ni los cientos de millones de pesos que se dicen haber invertido en una obra de esta envergadura aparecen por ningún lado.

Si usted se echa un clavado en la hemeroteca de los diarios laguneros, encontrará que en cada época de lluvias los problemas son los mismos, las colonias inundadas son las mismas, y hasta las declaraciones son las mismas; cuando la administración que antecedió es de un partido distinto al que en ese momento gobierna, los que se fueron acusan a los que llegaron de incapacidad para ofrecerle solución a los ciudadanos, y los que están, de cínicos a los que se fueron, porque ahora sí critican y cuando estuvieron no hicieron nada para solucionarlo.

Surgen nuevas promesas, anuncios de inversiones, pero cuando el temporal amaina, otra vez a todos se nos olvida. Los afectados ya no vuelven a levantar la voz en cuanto sale el sol, los medios no atienden a los pocos quejosos porque ya ni está lloviendo, y menos las autoridades escuchan ni atiende el problema, del que se vuelven a acordar hasta que otra vez la ciudad esté bajo el agua.

Ojalá que todos tuviéramos una memoria un poco más larga, y una conciencia más crítica para que, ahora sí y de una vez por todas, esta película que ya hemos visto muchas veces, no se vuelva a repetir. Jamás.

@JulianParraIba

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