En
la indefensión
Julián Parra Ibarra
En México, los ciudadanos comunes y corrientes, los de a
pie, hemos estado desde hace muchos años sometidos a los caprichos de los
partidos políticos, secuestrados por los partidos políticos que hacen y deshacen
cuanto se les ocurre y cuando se les antoja. Sólo en tiempos electorales –como
los actuales- se acercan a la gente y la mayoría de los candidatos simulan que
nos escuchan, prometen atender todos los puntos que se les plantean, pero una
vez que pasan las elecciones, se pliegan y sirven únicamente a los intereses
personales, de grupos y de partidos.
Son los partidos políticos los que, vía sus grupos
parlamentarios, crean, modifican o adicionan leyes a las que todos los
ciudadanos comunes y corrientes nos tenemos que someter, pero cuando afecta los
intereses de los políticos o los partidos, entonces esas leyes no solo son muy
cuestionables, sino pisoteables, así se trate de nuestra carta magna, “y si es
inconstitucional, cambiamos la Constitución”.
Las leyes que en materia electoral existen en nuestro
país, no las crearon ni las decretaron los Consejeros Electorales, sino los
partidos a través de sus diputados en el Congreso Federal, y están orientadas
no para beneficiar a los ciudadanos sino para cubrir los intereses de los
partidos, pero como en el Big Brother, las reglas cambian cuando a uno de los
partidos no le conviene que se aplique la ley aunque sea la misma que antes no
sólo la votaron a favor, sino que la impulsaron y la promovieron.
El principal botón de muestra es la intencionalidad de
imponer como candidato a la gubernatura de Guerrero, a Félix Salgado Macedonio,
a pesar de que está más que probado que la anulación del registro de su
candidatura es por la violación a la ley en la materia.
Y dice el susodicho que si la resolución del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación no le es favorable, no la va a
respetar, que si él no va en la boleta no habrá elecciones en Guerrero, y que
va a haber necesidad de designar a un gobernador interino cuya obligación
primera es convocar a nuevas elecciones, para entonces volverse a meter en la
lucha por la candidatura, porque quiere ser gobernador, como sea, al costo que
sea, es buscar el poder por el poder. Asegura que la autoridad electoral le ha
violado sus derechos humanos, sus derechos electorales, sus derechos
ciudadanos. Pero él sí puede violar mujeres, violentar mujeres, tiene –según su
filosofía- derecho a hacerlo, y las mujeres no tienen ningún derecho de
defenderse.
Son los partidos quienes nos imponen a los ciudadanos las
candidaturas de personajes que sin ningún rubor comentan cómo le van a hacer
para ‘clavarse’ la mayoría de los recursos que se les asignarán para el
desarrollo de sus campañas ¿Se imaginan lo que harán con los recursos
públicos?; a personajes que no sienten ninguna pena de mostrarse en redes
sociales como pedófilos afectando a su propia hija; a personajes que casi de
manera simultánea con el inicio de las campañas, son detenidos con drogas y
armas de grueso calibre; a personajes bajo proceso por haber participado en
actos de corrupción; a ex líderes sindicales que se robaron las cuotas de los
trabajadores y hasta se tuvieron que exiliar; a personajes que han pisado
prisión acusados del delito de secuestro.
Y por mucho que se quieran diferenciar unos de otros –‘no
somos iguales, que no nos comparen porque ‘eso sí calienta’- aunque se cambien
de partidos, siguen siendo los mismos personajes con las mismas mañas. Brincan
de un partido a otro porque en el que estaban ‘el partido está secuestrado por
los mismos de siempre’, y se van porque a ellos ya no se les permitió que
siguieran en el grupo de ‘los mismos de siempre’, aunque durante muchos lo fueron
y brincaron de un puesto a otro.
El gran problema es que los partidos políticos nos dejan
a los ciudadanos en la total indefensión; aunque presenten como candidatos a
personajes impresentables, uno de los que van en la boleta llegará al puesto
por el que fue propuesto. Hay por fortuna ‘garbanzos de a libra’, es decir, no
todos los postulados son ‘el monstruo’ que nos amenaza y nos ha mantenido
sometidos durante mucho tiempo.
Por ello, es de gran importancia que, como ciudadanos,
tomemos la decisión responsable de participar en el proceso electoral en
puerta, no podemos volver a dejar a los demás la responsabilidad de que elijan
a quienes nos van a gobernar. Decidamos nosotros mismos, participemos y
‘cribemos’ de las opciones que se nos presentan, para seleccionar a lo salvable
de lo que aparece en las boletas.
Aunque con un margen mínimo que nos dejan, los ciudadanos
podemos sacudirnos de la indefensión en la que nos tienen sometidos los
partidos políticos. Vayamos todos a las urnas, y decidamos con responsabilidad
el ejercicio de nuestro voto.
@JulianParraIbarra
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