En un juego
vergonzante, Pedro Caixinha dice “adiós” a los aficionados que lo abuchearon al
final del partido.
En mitad de semana y
con un horario por demás incómodo, la afición respondió, pero, una vez más, sus
“ídolos de papel”, los Guerreros del Santos Laguna simplemente no quisieron, se
dejaron vapulear por el Atlético de Lanús quienes vinieron a la Comarca y
jugaron al “futbolito” con los muchachos de Pedro Caixinha, se plazearon y ni
los abucheos de los casi 30 mil aficionados mermaron sus ganas de mostrar un
gran futbol, de decirle al futbol mexicano que los argentinos son mejores.
Anoche, casi al inicio del nuevo día, Santos dijo adiós a la Copa Libertadores.
Existían situaciones
a favor de los albiverdes que mantuvieron la esperanza cuando menos los
primeros 20 minutos del juego; primero, el horario que en Argentina, sería de
madrugada y el largo viaje que hubieron de emprender los muchachos de Guillermo
Barros Schelotto para llegar a esta Comarca Lagunera que anoche, perdió parte
de su slogan que reza “Torreón, tierra de los grandes esfuerzos”, pues la
oncena de Caixinha, no mostró esa cara y se dejó vencer con vergüenza.
Y mientras el
portero argentino Agustín Marchesín se convertía en el hombre importante del
encuentro al representar grandes atajadas durante la segunda mitad del partido,
Andrés Rentería, seguramente presionado por el mal juego, dio paso a su
expulsión momentos después de haber sido reprendido fuertemente Pedro Caixinha
por el silbante uruguayo Darío Ubriaco, amonestándole para que compusiera su
comportamiento.
Caixinha, como Jesús
en Viernes Santo, cargó con la cruz y los abucheos no se hicieron esperar al
término del partido, mientras con descaro, éste simplemente meneaba la diestra
en señal del adiós. El director técnico santista tuvo que aceptar como lo dijera a los
distintos medios de comunicación apenas un día anterior, que la de anoche era
una “derrota”, terminando así con la máxima que han hecho suya los distintos
directores técnicos del futbol mexicano y que utilizan a discreción “los juegos
perdidos en el futbol, no son derrotas; son experiencias”.
Los noventa minutos
fueron simplemente jugados por Atlético de Lanús; el Santos, se dedicó a “intentonas”
y “pelotazos” que dejaron mal sabor de boca. Ni Oribe Peralta, quien había sido
llamado el “hombre gol” en las jornadas anteriores pudo mostrarse y fue muy
notoria la superioridad de los argentinos la noche del 23 de abril en el juego
de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores 2014.
La noche era caliente
y calentó aún más los ánimos de los jugadores, quienes en momentos parecía se
enfrascarían en broncas que por fortuna, no se suscitaron. Es así como Atlético
de Lanús termina con el Santos Laguna en su propia casa y avanza hacia cuartos
de final en la Copa Libertadores junto con el Bolívar de Bolivia quien había
vencido al conjunto mexicano León también en octavos de final. El León quedó
fuera sin perder un solo juego en la serie, sin embargo, el gol recibido
provocó su salida.
Los goles fueron
metidos en las redes por Isamel Blanco en el minuto 28 aprovechando el error de
Jonathan Lacerda quien, convirtiéndose en un aliado argentino, simplemente paso
el esférico al delantero contrario en el área chica, acción que aprovechó para
adelantar el marcador.
El segundo tanto, se
presentó en el minuto 50 en los pies de Pablo Goltz, penalti bien cobrado hacia
el poste derecho por el capitán del equipo Lanús.
Hoy, pasando los
primeros minutos del día, Santos Laguna le falló a su afición que se abarrotó
en el Territorio Santos Modelo y, simplemente, se fue de la Copa Libertadores,
ofreció un juego decepcionante que mereció el abucheo de quienes se dieron cita
en “La Casa del Dolor Ajeno”, terminando con un marcador global de 4 goles por
1.