viernes, 12 de junio de 2015

A LA BÁSCULA

Julián Para Ibarra



Dos por uno

Más allá de los resultados de las pasadas elecciones, los partidos políticos deberán analizar con mucha minuciosidad y detenimiento, el comportamiento que demostró el electorado y que cada día es más imprevisible.
A nivel local, en los estados de Durango y Coahuila deberán hacerse internamente balances muy realistas para determinar las estrategias a seguir para el futuro inmediato; hay que recordar que en ambas entidades están próximas a elecciones en las que se disputa todo, gubernatura, alcaldías y diputaciones. El año entrante en el lado duranguense del Nazas, y en 2017 en el coahuilense.
En diferentes entidades del país los ciudadanos manifestaron en las urnas su hartazgo hacia los partidos tradicionales; su descontento en contra de los partidos cuyos gobernantes fueron señalados por actos de corrupción, propios, de sus colaboradores y hasta de sus familiares en primera línea; y, también su irritación por mantener su tradicional forma de definir candidaturas imponiendo las de la cúpula, y desplazando las llamadas ‘naturales’.
Por ello, los propios partidos políticos deberán de aquilatar muy bien desde el centro del país y apoyados en las dirigencias estatales, los nombres y perfiles de las mujeres y hombres que van a postular no solamente para la gubernatura, sino también para las alcaldías y las diputaciones.
En Nuevo León, por ejemplo se sumaron dos agravantes: un gobierno señalado por corrupto y con la mano del padre del mandatario Rodrigo Medina metida en la cosa pública; y la otra fue que hicieron candidata vía la imposición a Ivonne Álvarez, que no era la candidata del pueblo. Por eso los neoleoneses voltearon hacia otros lados y decidieron experimentar con propuestas y fórmulas totalmente distintas a las que tradicionalmente se les había ofrecido.
En ese sentido, como nunca antes en la historia, el momento se presenta favorable al sueño que siempre ha existido en la Comarca Lagunera: Tener un gobernador lagunero, pero la coyuntura apunta a que no podría haber uno, sino dos gobernadores laguneros, una en Durango y otro en Coahuila.
Una vez dejada atrás la elección intermedia federal, en el Estado de Durango se abrió la puerta para quienes tienen aspiraciones de participar en la sucesión gubernamental; en Coahuila la cosa ya estaba adelantada.
Y si los partidos, sobre todo el PRI verdaderamente atiende a lo que la gente pide a gritos, y se aguantan las ganas de imponer candidaturas que lo más seguro es que serían rechazadas en las urnas, casi de manera inminente las candidaturas recaerían en la Senadora Leticia Herrera Ale del lado duranguense, y del alcalde de Torreón Miguel Ángel Riquelme Solís del coahuilense.
La carrera por supuesto que no será fácil porque habrán de enfrentarse a las inercias y resistencias naturales de los grupos políticos de las capitales de ambos estados, pero al menos en la tierra de los alacranes, la figura de Herrera Ale se yergue como quien encabeza las encuestas de preferencia frente a los otros aspirantes de su propio partido. En la tierra de Carranza y de Madero, el abanico está muy amplio y robusto, pero hasta ahora quien lleva mano en esto de las preferencias es Riquelme Solís.
Si las cosas marchan como hasta ahora, a La Laguna se le podría hacer realidad al dos por uno el largamente acariciado sueño de tener un gobernador lagunero…y en Durango se podría dar además que el estado tuviera por primera vez no un Gobernador, sino una Gobernadora.
Quizá la diferencia entre Herrera Ale y Riquelme Solís, es que la Senadora va a tener que remar con su trabajo y esfuerzos para remontar incluso la voluntad del Gobernador, quien  sigue insistiendo en su delfín Esteban Villegas, alcalde de Durango y quien no ha logrado ‘prender’ como lo imaginaba Jorge Herrera Caldera, pero aun así se ha entercado en que sea éste el candidato del PRI.
Quizá para dividir las cosas, se ha dado también luz verde para ‘empezar a moverse’ a Ricardo Pacheco. Hasta ahora son los tres que han levantado la mano para mostrar su interés por la sucesión gubernamental.
Aunque pian pianito, el panista José Rosas Aispuro ha mantenido un trabajo casi constante en todo el estado desde hace tres años, por lo que ya lleva un buen tramo recorrido, y a fuerza de ser sinceros tendríamos que aceptar que de los tres mencionados, la única que podría frenar y hacerle frente al ‘Güero’ es Lety Herrera, difícilmente Villegas o Pacheco podrían parar la carrera que ya lleva el senador blanquiazul. Esa es la verdad.
Por ello Jorge Herrera debiera pensarla antes de mantenerse terco en imponer a su delfín, y a como se presenta el escenario en este momento tendrá que decidirse entre dos sopas: permite el ascenso de la lagunera  o terminará entregando la gubernatura a la oposición…salvo que se presente una candidatura independiente lo suficientemente fuerte, popular y con arrastre, y como dijo la Senadora, “quien sabe, uno nunca sabe”. Hasta ahí la dejamos por ahora.
El caso del alcalde de Torreón es totalmente a la inversa, es decir, su eventual candidatura es vista con muy buenos ojos y beneplácito por el gobernador coahuilense, por lo que los movimientos y las reuniones realizadas por Riquelme en todo el estado, están palomeadas.
Por ello, Miguel ha venido tejiendo una red de operadores, de los que ya tiene bien definidos a personajes importantes del priismo en cada una de las regiones de Coahuila, e incluso, aunque aquí si alguna característica tiene la caballada es que está ‘gorda’, y hay tiradores de buen calibre como Enrique Martínez y Morales, Javier Guerrero García, Hilda Flores Escalera, Jericó Abramo Masso, Armando Luna Canales, José María Fraustro Siller -más los que se acumulen esta semana-, la figura del torreonense se mantiene como la más firme para la sucesión en 2017.
Y quizá como parte de esta estrategia sean los movimientos que se registraron ayer en el tablero político de Coahuila, en los que la lagunera Verónica Martínez asumió este viernes la dirigencia del Comité Directivo Estatal del PRI, sustituyendo a David Aguillón, quien dejó el puesto que ocupó por casi todo el periodo de manera interina, ya que el electo fue otro lagunero, Salvador Hernández Vélez, quien se marchó tras la elección federal de 2012.
David Aguillón es una pieza importantísima en el andamiaje político y gubernamental de la entidad, los movimientos que realice no pueden ser espontáneos ni aislados, sino que debe ser algo consensuado, acordado con el gobernador Rubén Moreira. Quizá su tarea era garantizar una mayoría en el Congreso para la segunda parte del gobierno del actual mandatario, y luego ofrecerle los mejores resultados al Presidente de la República, y ambas las cumplió con los más altos resultados.
No dudaría que la siguiente encomienda para David sea empezar a pavimentar el camino por el cual se pretende transitar hacia la siguiente administración. Puede ser eso o cualquier otra alta responsabilidad, sobre todos después de los números ofrecidos en las dos más recientes elecciones.

Pero ya veremos cuáles son los movimientos maestros que se realizan con esta que es una pieza fundamental dentro del ajedrez político coahuilense de los últimos años.

laotraplana@gmail.com
Twitter: @JulianParraIba

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