viernes, 14 de agosto de 2015

A LA BÁSCULA


¿Quién protege a Javier Duarte?

Julián Parra Ibarra
Exiliado de Veracruz por las amenazas y el acoso de que era víctima, el fotoperiodista Rubén Espinosa dijo en la capital del país una frase que sólo tras su muerte, ha quedado grabada en letras de fuego: La muerte escogió a Veracruz como su casa y decidió vivir ahí. Pero ¿fue realmente la muerte la que decidió instalarse en ese estado, o fue el gobernador Javier Duarte de Ochoa quien la invitó a adoptar la naturalización de jarocha?
Duarte de Ochoa tomó posesión como Gobernador de Veracruz el 1 de diciembre de 2010, pero desde su campaña por la gubernatura dio muestras de quién era y qué se podía esperar de él: Se confesó identificado con el dictador Francisco Franco, a quien calificó como un hombre de ideas firmes, de fortaleza, entusiasmo y energía.
La elección en la que se enfrentó a Miguel Ángel Yunes y que parecía ‘a modo’, se complicó al grado tal que el Instituto Electoral Veracruzano le concedió el triunfo por menos de tres puntos (2.7), pero estuvo envuelto por escándalos de actos anticipados de campaña, intervención del entonces gobernador Fidel Herrera y utilización de recursos públicos en la campaña del priista, así como falta de equidad en los medios de comunicación.
Antes de que Javier Duarte completara su primer año como gobernador, en septiembre de 2011 y en medio de la oleada de violencia que había invadido a todo el país, en el corredor Boca del Río-Veracruz, justo frente a la sede en que se reunieron los procuradores, fiscales y presidentes de tribunales superiores de justicia de todo el país, fueron arrojados los cuerpos de 35 personas lo que acaparó la atención nacional, sobre todo por la cercanía del evento que fue encabezado por Maricela Morales, entonces Procuradora General de la República.
El mandatario veracruzano se apresuró a acusar vía su cuenta de twitter a los asesinados: "Es lamentable el asesinato de 35 personas, pero lo es más que esas mismas personas hayan escogido dedicarse a extorsionar, secuestrar y matar”.
“Los 35 ultimados tienen antecedentes penales, se les relaciona con la delincuencia organizada y están en los registros de Plataforma México”, escribió en un segundo mensaje, pero Plataforma México desmintió la aseveración de Duarte porque aún no se tenían resultados. Más aún: en ese momento sólo siete cuerpos habían sido identificados. Las acusaciones contra los asesinados, costó la destitución del Procurador de Justicia local.
En mayo de 2012 y tras el asesinato del académico José Luis Blanco, la comunidad universitaria se lanzó a las calles en Xalapa para exigir la creciente ola de violencia encaminada hacia blancos muy precisos, en contra de luchadores sociales y periodistas distinguidos por su sentido crítico. Y pidieron la renuncia del gobernador veracruzano, acusándolo de incapaz de frenar la ola de violencia.
Un año más tarde, en mayo de 2013, Javier Duarte volvió a colocarse en el hojo del huracán, al documentarse grabaciones en las que se evidenciaron actos de corrupción con el desvío de recursos estatales y federales de la Sedesol, para apoyar las campañas de candidatos priistas. El hecho, puso incluso en riesgo el ‘Adéndum’ del Pacto por México, y aunque se exigió la renuncia del mandatario veracruzano y se hablo de un punto de acuerdo en el Congreso Federal para iniciarle un juicio político. Otra vez no pasó nada.
En febrero del año pasado periodistas mexicanos exigieron a través de las redes sociales, la renuncia de gobenador tras la muerte del enésimo periodista -Gregorio Jiménez-,  asesinado en Veracruz durante el mandato de Javier Duarte, además de otros cuatro desaparecidos.
En febrero de este año, y tras la petición que hicieran intelectuales y escritores mexicanos, los organizadores del ‘Hay Festival’, decidieron la cancelación del evento, dadas las acusaciones contra Duarte de Ochoa, de tener responsabilidad en los asesinatos de periodistas en la entidad que gobierna.
Tras el asesinato de Rubén Espinosa, en total 14 periodistas han sido asesinados en Veracruz -incluyendo uno precisamente éste jueves-, durante el mandato de Javier Duarte, tres más se encuentran en calidad de desaparecidos y al menos una docena más se han autoexiliado por las amenazas en su contra.
En un encuentro con medios locales, Duarte de Ochoa dijo lo que sonó como una amenaza: “Pórtense bien” (…) “Si algo les pasa a ustedes al que crucifican es a mí… pórtense bien (...) vienen tiempos difíciles, que al final del día van a ser tiempos mejores para esta región. Vamos a sacudir el árbol y se van a caer muchas manzanas podridas”. 
Pese a todo, el gobernador veracruzano dice que en su entidad solamente se roban ‘frutsis y gansitos’, como argumento de que que todo en el es está en paz. El mandatario veracruzano parece inmutable sabedor del manto protector que le cobija, que una vez más no pasará nada, y por ello surge la duda ¿Quién protege y sostiene a Javier Duarte de Ochoa?


@JulianParraIba


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