Indicadores positivos
Julián Parra Ibarra
En la última semana,
un par de indicadores registrados a nivel nacional, arrojaron resultados
positivos del Estado de Coahuila, en relación con la informalidad –que a nivel
nacional alcanza el 53.4 por ciento del total de la población-, y la pobreza en
su población de niños, niñas y adolescentes menores a los 18 años.
En el primero de los
casos, en el tema de la población económicamente activa, la organización
#SemáforoEconómico reveló que más de la mitas labora en negocios informales no
registrados ante la secretaría de Hacienda, y aunque éste es un problema que se
presenta en todo el país, en algunas regiones tiene mayor acentuación, por
ejemplo en el centro y sur, más que en la zona norte.
Uno de los ángulos
que esta organización observa es que las entidades que registran el mayor
porcentaje de informalidad entre su población económicamente activa, son los
mismos desde hace una década que es el periodo medido, y destaca a Campeche
como el único Estado que de haber estado por debajo de la media nacional, al
cierre de 2015 quedó por encima de ésta.
El informe revela que
16 de las 32 entidades registran una tasa por encima del 53.4 por ciento a
nivel nacional, pero el que presenta los números más alarmantes es Guerrero,
una entidad con una gran riqueza, pero que paradójicamente presenta un profundo
atraso en servicios básicos como educación y salud, y sumido en una violencia
histórica acentuada a partir de que Felipe Calderón declaró la guerra contra el
narco.
Los números crudos
dicen que 76.7 por ciento de su población económicamente activa, es decir, casi
ocho de cada 10 habitantes del estado, laboran en la informalidad, pero además
está en su peor cifra de la última década, igual que lo están Tabasco y el
Estado de México con 61.4 y 57.8 por ciento, respectivamente. En forma general,
en 2015 la tasa de informalidad subió de 52.8 al 53.4 por ciento, lo que refleja
el fracaso del programa federal establecido justamente para combatir este
fenómeno.
En los cinco años más
recientes los estados que disminuyeron los niveles de informalidad son:
Chihuahua, que pasó de 41.5 al 34.1 por ciento y de acuerdo con
#SemáforoEconómico fue además el estado que registró el más alto incremento en
el porcentaje del ingreso real per capita con 36 por ciento, muy por encima y
lejos de la media nacional que fue de 0.7 por ciento.
En ese rubro, en
segundo lugar se ubica Jalisco, pero enseguida está Coahuila que pasó de 40.4 a
35.9, y se sitúa como segundo lugar en el crecimiento real de los ingresos per
capita, y está entre los dos Estados con mayor disminución en el porcentaje de
su población en pobreza laboral.
En lo que respecta al
rubro de la pobreza, de acuerdo con los resultados del ‘Estudio pobreza y
derechos sociales de niñas, niños y adolescentes en México 2012-2014’, que
presentaron de manera conjunta el Consejo Nacional de Evaluación de la Política
de Desarrollo Social (Coneval) y el Fondo para la Infancia de las Naciones
Unidas (Unicef) sección México, los números de Coahuila también son
alentadores.
De acuerdo con el
documento, más de la mitad de la población menor de 18 años vive algún nivel de
situación de pobreza en nuestro país. Los datos, son hasta el cierre de 2014, y
nos dicen que 53.9 por ciento de la población de 0 a 17 años, es decir 21.4
millones de los 40 existentes hasta 2014, padecían algún nivel de pobreza, y
cuya familia tenía un ingreso insuficiente para poderles ofrecer una
alimentación al menos básica.
En este rubro,
Coneval y Unicef, informaron que los estados con mayor pobreza entre la
población de niñas, niños y adolescentes menores de 18 años son Chiapas con
82.3 por ciento, Oaxaca con 72.6, Guerrero con 72, Puebla con 71.6 y Veracruz
con 65.9.
En la contraparte, es
decir, los estados con menor población de niños en condiciones de pobreza son:
Nuevo León con 24.9 por ciento, Baja California y Coahuila con 34.9, Sonora con
35.02 y Baja California Sur con 36.35
por ciento.
Estos indicadores
positivos coinciden con la actual administración estatal encabezada por Rubén
Moreira Valdez, y en ese sentido, es un hecho que los resultados que arrojen
las siguientes mediciones tenderán a mejorar todavía más, habida cuenta de las
inversiones y la cifra de empleos que se han atraído a la entidad en los años
recientes.
A mayor instalación
de empresas en nuestro estado, por consecuencia lógica que la informalidad
tenderá a ir descendiendo y los ingresos per capita de los trabajadores
coahuilenses también irán en ascenso. De la misma manera, con mejores empleos,
mayores ingresos, la pobreza extrema en la población general, pero
particularmente entre niños y adolescentes deberá también irse abatiendo poco a
poco.
Otro rubro en el que
no hay una medición –al menos no que se conozca recientemente- pero que en un
futuro corto deberá arroja cifras muy positivas para los jóvenes coahuilenses
es en el rubro de la educación, uno de los que mayores inversiones ha recibido
en la actual administración estatal por el número de bachilleratos y
universidades que se han abierto en las diferentes regiones del estado.
De que hay mucho,
pero muchísimo por hacer, de eso no queda la menor duda. Finalmente todo
esfuerzo siempre resultará insuficiente, pero en estos rubros, es alentador ver
el avance que Coahuila ha venido teniendo dentro del concierto nacional.
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