miércoles, 27 de enero de 2021

A LA BÁSCULA

 Pronta recuperación

Julián Parra Ibarra

A través de su cuenta de twitter, el presidente de México, anunció el domingo estar contagiado de Covid-19. De inmediato las redes sociales se inundaron de comentarios en muchos sentidos y hasta de memes, pero la mayoría de los mensajes fueron de aliento y de buenos deseos para su pronta y efectiva recuperación.

A esta posición nos sumamos, deseándole lo mejor a Andrés Manuel López Obrador, y ojalá sea como él mismo lo dijo, solamente con síntomas leves. Como persona sólo le podemos desear lo mejor y que pronto pueda superarlo, y como Presidente, es fundamental que esté pleno física y mentalmente para poder seguir sosteniendo las riendas de este país. Podemos o no estar de acuerdo con su forma de gobernar, con su forma de ser o actuar, pero a nadie se le puede desear un mal.

Lo anterior, sin embargo, no impide que puntualicemos que el momento que ahora está viviendo, no es sino producto de una serie de irresponsabilidades, de él mismo, pero también de todo su equipo de trabajo, y sobre todo de los encargados del área de la salud, el secretario Jorge Alcocer, y el subsecretario Hugo López Gatell, quienes nunca tuvieron el valor de decirle al presidente que se estaba equivocando en la forma de comportarse frente a la pandemia.

No hubo quién con autoridad le dijera que ni la pandemia estaba domada, ni la curva estaba aplanada. Que tenía que utilizar el cubrebocas, mantener la sana distancia, y que tenía que limitar sus giras por los estados, y que las figuras religiosas del ‘Detente’ no eran un escudo protector para evitar el contagio.

Por el contrario, no solo le aplaudieron cuando dijo que ‘no robar, no mentir y no traicionar’, era fundamental para no contraer el Coronavirus, sino que López Gatell hasta le atribuyó poderes más allá de lo humano cuando dijo que la fuerza del presidente no era de contagio, sino una fuerza moral. Todos los que están alrededor del Presidente sabían que todo eso era charlatanería, y aun así la superpusieron por encima de la ciencia, en actos de suma irresponsabilidad, cuando su obligación era protegerlo.

Todavía más, ya con la vacuna en el país, por una cuestión de seguridad nacional, el Presidente debió haber sido el primer mexicano en haber sido vacunado, y le permitieron no inmunizarse. Todo esto no es sino una interminable cadena de irresponsabilidades.

Suponiendo que lo de su contagio sea real.

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

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