martes, 25 de mayo de 2021

A LA BÁSCULA

Una buena costumbre

Julián Parra Ibarra

A pesar de ser uno de los equipos más jóvenes en el futbol mexicano de la Primera División, como lo dice su slogan publicitario, Santos tiene en poco tiempo, mucha historia. En apenas poco más de tres décadas en el máximo circuito -33 años para ser exactos, y 38 de existencia total-, el conjunto lagunero está instalado ya en su doceava final, y aspirando a conquistar su séptimo título.

Aunque el cuadro lagunero es uno de los más triunfadores en la historia de los torneos cortos –de hecho, puede presumir que fue el primer campeón de estos torneos cortos-, muchos periodistas sobre todo de la capital de la República, durante muchos años le han regateado la grandeza que se obtiene con títulos y logros dentro de la cancha, y no por los años que se tiene de existencia. 

Para ellos los llamados equipos ‘grandes’, solo son los que juegan en la Ciudad de México –Pumas, América y Cruz Azul-, y si acaso convidan a esta categoría a Chivas, y probablemente un poco a los equipos regios. Son los del pensamiento arcaico de que más allá de México, todo es Cuautitlán.

Todavía antes del inicio de las semifinales, escuché a algunos comentaristas decir que la entre Santos y Puebla carecía de atractivo, porque se trataba de dos equipos muy locales, pero nada más como botón de muestra, yo les preguntaría, en la historia de los torneos cortos ¿cuántas veces se ha coronado Cruz Azul y cuántas el Santos? Ese es el parámetro con el que se mide la grandeza de un equipo.

El conjunto coahuilense arrancó la Liguilla como el caballo negro y ya está instalado en la final. Ante los ‘especialistas’ no es el favorito, y eso más que en contra es una condición que juega en su favor, no es el que carga con la presión, y además ha venido de menos a más desde que arrancó el camino en el repechaje.

Al Cruz Azul en cambio, le pesará que le etiqueten como favorito, pero además que buscará sacudirse un par de hechos que ha venido arrastrando en los últimos años: uno, que no sabe lo que es ser campeón desde el Invierno del 97 cuando se coronaron en el Nou Camp frente al León y que fue cuando inicio la leyenda de la ‘maldición de Comizzo’. La otra, que en los últimos años cada vez que está en momentos importantes, la termina ‘cruzazuleando’.

Yo no sé. Pero a este Santos lo veo que está para campeón, y no es por presumir. En calidad de mientras, mantiene viva esa linda costumbre, de estar en Liguillas, y en finales.

¡Suerte Santos, que venga la séptima estrella!

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

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