La mafia del (no) poder
Julián Parra Ibarra
Conforme se acerca el final de las campañas electorales y
el día de la llamada la elección más grande de la historia en nuestro país,
desgraciadamente se ha venido incrementando la violencia ejercida contra
candidatos que aspiran a alguno de los puestos de elección que estarán en
juego.
En los días más recientes nos hemos venido enterando
desde los candidatos que han recibido amenazas por distintas vías, y en algunos
de los casos ejercidos por sus rivales directos en esta campaña electoral,
hasta los que han sido secuestrados, atacados y hasta asesinados, lo que
debiera ponernos en alerta a todos en este país, porque lo que se ha estado
viviendo en algunos estados.
Solamente en lo que va de este mes de mayo, tres
candidatos fueron asesinados: Abel Murrieta, aspirante a la alcaldía de Cajeme,
y quien había ocupado el cargo de procurador de Justicia del Estado de Sonora;
Arturo Flores Bautista, quien aspiraba al cargo de síndico municipal en Landa
de Matamoros en Querétaro; y esta semana Alma Barragán, candidata a presidenta
municipal de Moroleón, en Guanajuato, estado éste último, que ocupa uno de los
primeros lugares en agresiones contra candidatos. En común tuvieron, que los
tres pertenecían al partido Movimiento Ciudadano.
Donde evidentemente hay una gran preocupación es en las
autoridades electorales, porque la inseguridad y la violencia, pueden ser
factores que inhiban el voto. Evidentemente que hay quiénes se ven beneficiados
si la participación de la gente baja, y con la pulverización del voto a través
de los partidos ‘morralla’, resultan beneficiados.
En nuestros estados de Coahuila y Durango,
afortunadamente no hemos tenido ningún hecho de violencia electoral en estas
campañas, y esperamos que así ocurra también el día de la jornada electoral.
Sin embargo, para otros el tema de la violencia electoral
no es sino un pretexto más para minimizarlo, politizarlo y utilizarlo como
argumento para lanzar dardos envenenados contra uno de los sectores preferidos
para atacar y denostar: los medios de comunicación. La política actual sigue
siendo la de crucificar al mensajero, antes que ponerle atención al mensaje, es
decir, es más importante decir que es amarillismo de los medios de
comunicación, antes que reconocer primero que hay un problema, y que es el
gobierno el que debe solucionarlo.
Hay desde Palacio Nacional la sensibilidad de un elefante
cuando se dice que los atentados y asesinatos son utilizados por los medios
para enrarecer el ambiente. Perdón ¿son los medios de comunicación los
encargados de velar por la seguridad de los ciudadanos en general y de los
candidatos en lo particular? ¿Son los medios de comunicación los que salen y
perpetran los atentados y asesinan a candidatos? ¿Desde cuándo informar lo que
está ocurriendo en el país es enrarecer el ambiente?
Cada día es más deplorable, irritable y hasta
encabronable el que no se asume, ni el más mínimo detalle en esta
administración respecto de los problemas reales que aquejan al país, y se
mantiene la política de seguir repartiendo culpas a todos lados. Neta ¿son los
medios de comunicación los responsables de la violencia electoral que se vive
en México? ¿Y neta creen que todo el tiempo, toda la gente se va a tragar todas
esas patrañas?
Desde Palacio Nacional se quisiera que los medios de
comunicación no publicaran nada, ni hablaran, ni presentaran imágenes de la
realidad. Mejor seguir con el lanzamiento de bolas de humo, de sacar de la
chistera que se va a rifar un palco en el estadio Azteca y cosas por el estilo.
Que los medios aplaudamos y lancemos confetis cuando al Presidente se le ocurre
amanecer de chistín de que ya se va a comprar la fábrica de vitacilina (y dice
con sorna, ‘ah que buena medicina’) que para ‘las irritaciones’ de sus
adversarios.
De verdad para el Presidente es mucho más importante la
rifa de un palco en el Azteca y sus chistes de la vitacilina, antes que admitir
que se tiene un grave y serio problema de la violencia electoral entre los
muchos más reales que vivimos en México ¿Sí podría pararse enfrente de los
deudos y decirles que la muerte de sus familiares es una exageración de los
medios, que es ‘amarillismo’?
¿Cuándo podremos ver al Presidente salir y admitir uno,
aunque sea el más pequeño de los problemas del país, y que no endose su
incapacidad a los medios de comunicación, a ‘los de antes’, a los neoliberales,
a los ‘fifís’ a la ‘mafia del poder’? Porque en los hechos, está resultando
peor la mafia del no poder.
@JulianParraIba
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