Remedios
y pronósticos fallidos
Julián Parra Ibarra
A mediados del 2020, cuando se entraba al primer ‘pico’
de la pandemia del Covid-19, el presidente de México recomendó que una de las
mejores formas para protegerse del virus, era ‘no mentir, no robar y no
traicionar’, y que era de gran ayuda ‘estar bien con nuestra conciencia’.
De entonces a la fecha, el mandatario mexicano ha dado
positivo en dos ocasiones, esta segunda incluso cuando ya tiene completo su
esquema de vacunación. Estos hechos, enlazados con sus propios dichos ¿cómo
debemos interpretarlos? ¿cuál es la lectura que debemos darles?
Dese las más altas esferas del poder las recomendaciones
y los ejemplos que hemos recibido ¿cómo se deben de tomar? En su momento el
Presidente recomendó el uso de las estampitas del ‘Detente’, tras lo cual Hugo
López Gatell, en una acción de la más baja zalamería dijo que ‘la fuerza del
presidente es moral, no es una fuerza de contagio, en términos de una persona,
un individuo que pudiera contagiar a otros’.
El propio secretario de Salud, Jorge Alcocer, secundó a
su subalterno al decir que la fuerza del presidente se la daba el pueblo.
Por los primeros días de marzo en una de las mañaneras en
la que Hugo López Gatell estaba sentado en la primera silla a la izquierda del
mandatario, éste hablando del comportamiento de la pandemia afirmó que ésta
terminaría entre marzo y abril ¿‘¿no es así Hugo’? y el responsable de atender
la pandemia en nuestro país, con una sonrisa entre nerviosa y socarrona
respondió. ‘más o menos señor Presidente’.
Después de que al principio se nos dijo que no había de
qué preocuparse y que siguiéramos saliendo a comer a los restaurantes y fondas,
que nos abrazáramos, al poco tiempo se nos dijo que la pandemia ‘estaba
domada’. López Gatell en el mes de junio de 2020 hizo sus cálculos de los
muertos que el Coronavirus cobraría en nuestro país, y soltó que podrían ser 20
mil, 25 o hasta 30 mil, pero ya en un escenario verdaderamente ‘catastrófico’
se podría llegar a los 60 mil muertos. Hoy esa cantidad se ha multiplicado por
cinco, y lo que falta.
Ahora resulta que sobre todo para los niños, con tecitos
y el 1-2-3 de Vaporub es suficiente en vez de vacunarlos. Lo bueno es que, nos
aseguran, esta nueva cepa Omicrón es ‘un covidcito’. Por la forma en que se ha
manejado ‘desde arriba’ la pandemia en nuestro país, uno por lo menos ya sabe a
quién no creerle, porque todos sus remedios y pronósticos, han resultado
fallidos.
@JulianParraIba
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