martes, 11 de enero de 2022

A LA BÁSCULA



Remedios y pronósticos fallidos

Julián Parra Ibarra

A mediados del 2020, cuando se entraba al primer ‘pico’ de la pandemia del Covid-19, el presidente de México recomendó que una de las mejores formas para protegerse del virus, era ‘no mentir, no robar y no traicionar’, y que era de gran ayuda ‘estar bien con nuestra conciencia’.

De entonces a la fecha, el mandatario mexicano ha dado positivo en dos ocasiones, esta segunda incluso cuando ya tiene completo su esquema de vacunación. Estos hechos, enlazados con sus propios dichos ¿cómo debemos interpretarlos? ¿cuál es la lectura que debemos darles?

Dese las más altas esferas del poder las recomendaciones y los ejemplos que hemos recibido ¿cómo se deben de tomar? En su momento el Presidente recomendó el uso de las estampitas del ‘Detente’, tras lo cual Hugo López Gatell, en una acción de la más baja zalamería dijo que ‘la fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio, en términos de una persona, un individuo que pudiera contagiar a otros’.

El propio secretario de Salud, Jorge Alcocer, secundó a su subalterno al decir que la fuerza del presidente se la daba el pueblo.

Por los primeros días de marzo en una de las mañaneras en la que Hugo López Gatell estaba sentado en la primera silla a la izquierda del mandatario, éste hablando del comportamiento de la pandemia afirmó que ésta terminaría entre marzo y abril ¿‘¿no es así Hugo’? y el responsable de atender la pandemia en nuestro país, con una sonrisa entre nerviosa y socarrona respondió. ‘más o menos señor Presidente’.

Después de que al principio se nos dijo que no había de qué preocuparse y que siguiéramos saliendo a comer a los restaurantes y fondas, que nos abrazáramos, al poco tiempo se nos dijo que la pandemia ‘estaba domada’. López Gatell en el mes de junio de 2020 hizo sus cálculos de los muertos que el Coronavirus cobraría en nuestro país, y soltó que podrían ser 20 mil, 25 o hasta 30 mil, pero ya en un escenario verdaderamente ‘catastrófico’ se podría llegar a los 60 mil muertos. Hoy esa cantidad se ha multiplicado por cinco, y lo que falta.

Ahora resulta que sobre todo para los niños, con tecitos y el 1-2-3 de Vaporub es suficiente en vez de vacunarlos. Lo bueno es que, nos aseguran, esta nueva cepa Omicrón es ‘un covidcito’. Por la forma en que se ha manejado ‘desde arriba’ la pandemia en nuestro país, uno por lo menos ya sabe a quién no creerle, porque todos sus remedios y pronósticos, han resultado fallidos.

 

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

 

 

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