martes, 16 de agosto de 2022

A LA BÁSCULA


Muchas lecturas

Julián Parra Ibarra

Tras los acontecimientos registrados la semana pasada en Guanajuato, Jalisco, Chihuahua y Baja California –donde se sigue registrando la quema de autos-, es verdaderamente lamentable, irritable, encabronable las reacciones que se tuvieron desde Palacio Nacional, donde su principal inquilino y amigos que le acompañan, han querido minimizar la violencia desatada e incontrolable en una buena parte del país.

De los funcionarios, no se justifica, pero se entiende las versiones de los secretarios de Seguridad Pública y Gobernación, asegurando que hay gobernabilidad y estabilidad en el país, y que se está magnificando lo ocurrido, pero del que es verdaderamente lamentable es del secretario de la Defensa Nacional, un general de cuatro estrellas, prestándose a repetir como mono de ventrílocuo, que es publicidad de los grupos del crimen organizado para aparentar que siguen fuertes, pero que en realidad no lo están. General pues qué bueno que ya no están fuertes y tienen al país de cabeza, lo que no lograrían si estuvieran fuertes.

De los otros no se puede esperar gran cosa porque ya sabemos que el perfil de los funcionarios de esta administración es que sean 90 por ciento leales al Presidente y 10 por ciento capacidad, pero da pena ver a un general del Ejército funcionando como una caja de resonancia, y que él mismo sabe que nadie le cree que todo va bien y que el país está en paz, y que los ciudadanos deben estar tranquilos y mantenerse informados, pero cuando los medios informan lo que está sucediendo, la embestida es contra medios y comunicadores. Si con la misma fiereza y fuerza que se usa contra los medios se utilizara contra los criminales, este país sería otro diametralmente opuesto al que hoy vivimos –o sufrimos-.

Sobre estos hechos de la semana pasada, hay muchísimas lecturas que han ofrecido analistas y especialistas en temas de seguridad, y todas ellas son sumamente alarmantes y preocupantes. Una de ellas remite al famoso ‘culiacanazo’. El especialista David Saucedo ha dicho que el Presidente no aprendió que con los terroristas no se negocia, y que él negoció la liberación  de Ovidio Guzmán, el hijo del Chapo, tras lo cual los grupos del narco aprendieron muy bien de aquella experiencia, y ahora saben perfectamente cómo presionar al gobierno.


laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

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