sábado, 3 de mayo de 2014

La Santa Cruz cumplió el milagro; Santos en semifinales del Clausura 2014

Unos ríen, otros bailan, muchos aplauden, pero todos gritan “…uto” al momento en que Moisés Muñoz, el portero del América da un saque, es una expresión conocida en el argot del futbol, pero la idea grabada en la mente de los 30 mil aficionados era clara. 2-0 ó por otra parte 3-1 el resultado final siempre favor Santos. Comenzaba el partido y las expectativas eran muchas, tan extensas como las esperanzas que se agrandaron al minuto 27 cuando Darwin Quintero metió el primer gol de la noche y volvió la creencia del milagro de la Santa Cruz en este su día, el día de los “albañiles” el día en que los mexicanos vuelcan sus ideales y llegan a pensar que en verdad existe un Dios mayor a esos ídolos de papel creados a modo en estos tiempos de futbol.
La verdad es que es una afición que nunca ha dejado de creer en su equipo, ese que falló contra Jaguares y el Lanús de Argentina y que lo mantenían el primero, a un hilo de no pertenecer más al Torneo Clausura 2014 y el segundo que lo sacó de cuajo de la Copa Libertadores.
El de anoche parecía otro Santos Laguna, aquel que ya ni peleaba contra su Director Técnico Pedro Caixinha y el que buscaba en verdad pasar a la semifinal en estos cuartos de final de la Liga MX, pero desgraciadamente la faena era difícil.
Gritaba desde su butaca Emmanuel Barros, llegado desde Sacramento Coahuila municipio de Monclova, ciudad con destino a 8 horas de Torreón. “no se echen, nomás no se echen”, mientras pedía a Dios un marcador cuando menos 2 goles por 0 en favor del Santos.
Los “aplaudidores” entregados por la directiva a los asistentes al TSM chasqueaban luego del grito general de “Santos”, “Santos”, “Santos” que los 30 mil aficionados lanzaban desgañitados, esperaban el milagro de la Santa Cruz para continuar con aspavientos “Si se puede”, “si se puede”, “si se puede”, pero el milagro no llegaba, se prolongaba más bien la agonía.
Entonces terminó el primer tiempo, llegó el descanso y crecieron las esperanzas, mismas que fueron mermando mientras transcurría la segunda mitad. Hubo otros menos apasionados como el doctor en derecho Raúl Rodríguez Vidal, santista apasionado que esperaba buenos resultados pero conocía de la dificultad y dijo “ se topan con el doble reto, vencer al América y convencernos a los aficionados, nada está dicho hasta que termine el juego”.
Transcurrió el tiempo, se fueron los minutos y se suscitaron jugadas más o menos peligrosas para ambos equipos hasta el minuto 83 en que el extremo Ribair Rodríguez en una buena jugada metió el segundo tanto y formalizó la idea del triunfo.
Todo estaba dicho, enloqueció el Corona, los aficionados no pararon de gritar, el eco de la multitud podría haberse escuchado en todo Coahuila. Torreón enloquecía mientras los albiverdes tomaban nuevos aires que fueron reforzados por Andrés Rentería que entró supliendo a Rodolfo Salinas en el minuto 67 y 14 minutos después, remataba a unas águilas que parecía venían dispuestas a volar alto, pero las ráfagas laguneras las retuvieron.
Los minutos posteriores fueron la locura, la afición no paró de festejar, de ovacionar, de agradecer a sus ídolos de papel mientras Pedro Caixinha, despavorido por la alegría, al silbatazo final del árbitro Roberto García Orozco corrió desde su posición en la cancha de juego para festejar al estilo Mourinho lanzandose de rodillas a la entrada del sótano por donde aparece su equipo. Santos está en la semifinal. Pero Caixinha como el doctor en derecho Raúl Rodríguez Vidal, saben que posiblemente no pasarán a la siguiente ronda.

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