Este sábado 10 de mayo, los Guerreros querían despedirse,
decir adiós, pero no sabían cómo, así que desde un principio, se apaciguaron,
se midieron y decidieron no jugar, pensaron que sus aficionados se lo
perdonarían pero no fue así, desde la primera mitad del encuentro venían
rendidos pese al gol que metieron, que metió Rafa Figueroa en el minuto 10, les
levantó un mínimo y les permitió
continuar jugando, mal, pero jugando.
Si se esperaba un milagro, ahora, que las mamás de todos los
jugadores lanzacen sus oraciones y que en verdad llegaran al cielo, pero no
parecía así, seguían igual, perdiendo balones y jugadas que ponían en riesgo. Ya
ni la portería de Oswldo Sánchez, expulsado a los pocos minutos de iniciado el
partido mostraba seguridad, es más, ni los abucheos y palabras ofensivas hacia el
Pachuca al terminar el primer tiempo provocaron reacciones mayores. Todo se
esperaba como se imaginó antes, la salida del Santos de la Liga MX.
Tendría que darse un milagro pero pareciera que los santos
de los jugadores los habían abandonado en este día tan importante, el Día de
las Madres, No había nada que hacer, ni la música alusiva al evento o al día
movió los sentimientos ni las emociones, se cerró la primera mitad con un gol a
favor de los Guerreros pero con pocas expectativas de repuntar, faltaría
esperarla segunda mitad del juego y con ello, nuevos apasionamientos, no podrían
olvidarse los goles metidos por Enner Valencia al minuto 26 y el de Didier
Villalpando en el minuto 45. Todo estaba escrito.
Vino un segundo tiempo con individualidades guerreras pero
nada más. Todo estaba predispuesto. El lleno del estadio ya no importó, pasó a
ser una segunda importancia en un Territorio Santos Modelo donde la afición se
rinde, se muestra, se entrega, pero ni Alejandro Irragarori, ni Pedro Faria
Caixinha ni los mismos jugadores lo veían así, era tiempo de decir adiós a la
Liga MX.
Es más, poco importó el gol metido por Juan Pablo Rodríguez en
el cobro de un penal provocado por Oribe Peralta. El marcador estaba empatado
pero sobresalían los goles de visitante de los muchachos de Enrique el “ojitos”
Meza.
Ya en el minuto 82, pese a los gritos de “si se puede”, “si
se puede”, “si se puede”, la labor sería titánica, y los dioses del olimpo
estaban demasiado ocupados con las mamás de los jugadores y de los 30 mil aficionados
que se dieron cita en la “Casa del dolor ajeno”, tendrían que meter 3 goles los
albiverdes que se esforzaban, en el minuto 78, el tercer gol de Javier “Chuletita”
Orozco, levantó nuevamente los ánimos de los 30 mil aficionados. Las butacas
temblaban, los gritos se escuchaban en todo Torreón, faltaban 2 goles para el
milagro de las madrecitas y 10 minutos para que terminara el encuentro.
Las pasiones estaban desbordadas, hubo de todo, fue un buen
encuentro al final, pero el objetivo de los albiverdes por llegar a la final y
dejar una nueva estrella a los aficionados de Torreón quedó sólo en buenos deseos
en un día tan importante, el minuto 45 volvió a cimbrar el Corona, el gol de
Rafa Figueroa pareció dejar la oportunidad de la continuidad,
misma que fue coartada por el silbante Marco Antonio Rodríguez Moreno quien no
dejó tiempo de consolación para buscar la última oportunidad. Santos, anoche se
despidió con gloria de la Liga MX.
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