sábado, 10 de mayo de 2014

SANTOS SE HINCÓ, REZÓ Y DIJO ADIÓS


Este sábado 10 de mayo, los Guerreros querían despedirse, decir adiós, pero no sabían cómo, así que desde un principio, se apaciguaron, se midieron y decidieron no jugar, pensaron que sus aficionados se lo perdonarían pero no fue así, desde la primera mitad del encuentro venían rendidos pese al gol que metieron, que metió Rafa Figueroa en el minuto 10, les levantó un mínimo y les permitió  continuar jugando, mal, pero jugando.
Si se esperaba un milagro, ahora, que las mamás de todos los jugadores lanzacen sus oraciones y que en verdad llegaran al cielo, pero no parecía así, seguían igual, perdiendo balones y jugadas que ponían en riesgo. Ya ni la portería de Oswldo Sánchez, expulsado a los pocos minutos de iniciado el partido mostraba seguridad, es más, ni los abucheos y palabras ofensivas hacia el Pachuca al terminar el primer tiempo provocaron reacciones mayores. Todo se esperaba como se imaginó antes, la salida del Santos de la Liga MX.
Tendría que darse un milagro pero pareciera que los santos de los jugadores los habían abandonado en este día tan importante, el Día de las Madres, No había nada que hacer, ni la música alusiva al evento o al día movió los sentimientos ni las emociones, se cerró la primera mitad con un gol a favor de los Guerreros pero con pocas expectativas de repuntar, faltaría esperarla segunda mitad del juego y con ello, nuevos apasionamientos, no podrían olvidarse los goles metidos por Enner Valencia al minuto 26 y el de Didier Villalpando en el minuto 45. Todo estaba escrito.
Vino un segundo tiempo con individualidades guerreras pero nada más. Todo estaba predispuesto. El lleno del estadio ya no importó, pasó a ser una segunda importancia en un Territorio Santos Modelo donde la afición se rinde, se muestra, se entrega, pero ni Alejandro Irragarori, ni Pedro Faria Caixinha ni los mismos jugadores lo veían así, era tiempo de decir adiós a la Liga MX.
Es más, poco importó el gol metido por Juan Pablo Rodríguez en el cobro de un penal provocado por Oribe Peralta. El marcador estaba empatado pero sobresalían los goles de visitante de los muchachos de Enrique el “ojitos” Meza.

Ya en el minuto 82, pese a los gritos de “si se puede”, “si se puede”, “si se puede”, la labor sería titánica, y los dioses del olimpo estaban demasiado ocupados con las mamás de los jugadores y de los 30 mil aficionados que se dieron cita en la “Casa del dolor ajeno”, tendrían que meter 3 goles los albiverdes que se esforzaban, en el minuto 78, el tercer gol de Javier “Chuletita” Orozco, levantó nuevamente los ánimos de los 30 mil aficionados. Las butacas temblaban, los gritos se escuchaban en todo Torreón, faltaban 2 goles para el milagro de las madrecitas y 10 minutos para que terminara el encuentro.

Las pasiones estaban desbordadas, hubo de todo, fue un buen encuentro al final, pero el objetivo de los albiverdes por llegar a la final y dejar una nueva estrella a los aficionados de Torreón quedó sólo en buenos deseos en un día tan importante, el minuto 45 volvió a cimbrar el Corona, el gol de Rafa Figueroa pareció dejar la oportunidad de la continuidad, misma que fue coartada por el silbante Marco Antonio Rodríguez Moreno quien no dejó tiempo de consolación para buscar la última oportunidad. Santos, anoche se despidió con gloria de la Liga MX.

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