El temido
rebrote
Julián
Parra Ibarra
El
tan temido e indeseable rebrote del Covid-19, parece que está ya presente en la
mayor parte de los países del mundo, y el nuestro no es la excepción, y por
supuesto que los estados de Coahuila y Durango, y muy en particular la Comarca
Lagunera, no están exentos de este fenómeno sobre todo con la llegada del
periodo otoño-invierno. “Nos esperan meses difíciles”, dijo hace unos días la
Primera Ministra alemana, Ángela Merkel, justo el día en que su país registró
un nuevo record de contagios en un solo día, desde el inicio de la pandemia.
¿Cómo
será el invierno y la navidad?, cuestionó. La propia Merkel se respondió: “Eso
se decidirá en los próximos días, y lo decidirá nuestra conducta”, en la que me
parece una respuesta precisa.
Países
como España analizan la implementación de un ‘toque de queda’, en tanto que
países como Francia, Eslovenia y Bélgica –entre otros- ya lo han implementado
por las noches.
El
rebrote es un hecho y es inevitable en México y en el mundo, mientras no exista
la vacuna, ha dicho Hugo López Gatell, e instó a prepararnos para enfrentar la
situación que nos podría llevar a un escenario como el que se está viviendo en
Europa, aunque cuando el subsecretario de Salud habla de escenarios hay que
tenerle miedo, basta recordar su ‘escenario catastrófico’ si México llegara a
los 60 mil muertos, y ya llevamos más de 87 mil, con una proyección superior
los 100 mil al cerrar el año.
A
nivel local, el gobernador de Durango anunció el endurecimiento de medidas ante
el creciente número de casos que se han venido registrando en toda la entidad,
y con mayor fuerza en la capital del estado, justo el día que su secretario de
Salud, Sergio González Romero, anunciaba con un rostro descompuesto, acabo
disimulado por el uso del cubrebocas, que ese mismo día –este miércoles- la
entidad había registrado la cifra más alta de casos en un solo día desde el
inicio de la pandemia: 288.
En
Coahuila, que durante el mes de agosto mantuvo un promedio de arriba de los 350
casos diarios y por momentos pisó los 400, a mediados de septiembre logró bajar
su promedio entre los 100 y 150 casos diarios –mismo promedio que registró en
los primeros días de julio-; en octubre ha mantenido un comportamiento
irregular con días como el 4 de octubre con 100 casos, y otros como el
miércoles 21 con 289, pero promediando arriba de los 200 casos diarios.
¿Cómo
será el invierno y la navidad? Como preguntó Merkel, eso lo va a decidir
nuestra conducta, como dijo ella misma porque, mire se ha hecho viral en las
redes social, el caso de una boda en Torreón, de una familia ‘de la alta’ con
olor a queso y leche, en la que se habrían congregado unas 700 personas, y cuyo
resultado fue en el primer informe que habría cerca de un centenar de contagiados,
pero al mediodía de este jueves se habla de que hay más de 200 personas que
habrían resultado afectadas, y que durante la mañana de este mismo jueves,
saturaron las instalaciones del Hospital Universitario de Torreón, a fin de
realizarse la prueba.
Esa
es justamente la conducta que no debemos tener en lo personal y en lo
colectivo, si no queremos que la situación se desborde y se salga de las manos
de las autoridades. En la Comarca Lagunera en los días y horas recientes, los
informes son de que los hospitales empiezan a registrar una saturación en su
capacidad de atención a pacientes Covid-19 y, sin el menor ánimo de generar
pánico, sino crear conciencia entre nuestra comunidad regional, si no cambiamos
la actitud que hemos venido sosteniendo en las últimas semanas, nuestros
sistemas de salud están a punto de colapsar, lo que nadie desea y lo último que
debería suceder.
El
secretario de salud de Durango lo dijo al tiempo que anunciaba el día más
crítico para la entidad desde el inicio de la pandemia este miércoles: “Tenemos
disponibilidad de camas y de respiradores, pero eso no nos sirve de nada,
porque tenemos una grave carencia de personal médico especializado”.
La
solución en estos momentos –al igual que en todo el mundo y en nuestro país en
general-, está principalmente en nuestras manos, en las suyas, en las mías, en
las de todos. Tenemos que cambiar nuestros hábitos, nuestras conductas y, sobre
todo, nuestro sentido de responsabilidad hacia nosotros mismos y hacia los
demás. Tenemos que extremar al máximo las medidas sanitarias para poder frenar
la ola de contagios… y de muertes.
No se
trata de que nos quedemos encerrados para siempre en casa. No. Se pueden seguir
haciendo las actividades esenciales, trabajar, estudiar, realizar compras de
alimentos, medicinas, lo más elemental y básico, con las máximas medidas de
salud. El problema, y está debidamente probado por las autoridades en la
materia, los principales brotes y focos de infección son las fiestas
familiares, las carnitas asadas, las reuniones en quintas, en bares, en antros.
Como la boda con olor a queso y leche de Torreón: un solo evento y más de 200
contagiados.
En
nuestras propias manos está ponerle un freno a lo que se nos podría convertir
en un ‘escenario catastrófico.
@JulianParraIba
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