Cuestión
de prioridades
Julián Parra Ibarra
El inicio de este 2021 sin duda que llegó cargado de
grandes esperanzas, en todo el mundo, pero particularmente en nuestro país.
Para la mayoría de la población en México, la esperanza es que con la aparición
de la vacuna empiece a ceder el feroz embate del Coronavirus que ya nos ha
provocado cerca del millón y medio de contagios y alrededor de 130 mil
fallecimientos.
Para la gran mayoría de los mexicanos, la gran ilusión es
que la crisis sanitaria empiece a ceder para intentar ir retomando
paulatinamente nuestras vidas de manera ‘normal’, poder empezar a salir del
confinamiento, que se reactive la economía, que vuelvan las clases a las aulas,
que volvamos a poder reunirnos con la gente que más queremos, con nuestras
familias, con nuestros amigos, pero sobre todo, que deje de morir tanta gente;
ya el virus nos ha arrebatado a muchísima gente valiosa y querida.
Sin embargo, hay un segmento que el cargamento de
esperanzas e ilusiones significa la posibilidad de alcanzar –y en algunos casos
repetir-, un puesto de elección popular, porque este es el año en que en
nuestro país viviremos la elección más grande en la historia de México, y en la
que además de la renovación de las 500 curules del Congreso Federal, estarán en
juego la gubernatura en 15 entidades, y en otras habrá elección para alcaldías
como es el caso de Coahuila, y en otras más para diputados locales, como
sucederá en Durango.
Ahora que en México es posible la reelección, alrededor
del 90 por ciento de los diputados integrantes de la actual legislatura
federal, levantaron la mano para solicitar a sus partidos que los postulen de
nueva cuenta para reelegirse, como si verdaderamente hubiese realizado un gran
trabajo por el país en general, y particularmente por sus respectivos estados,
distritos o municipios.
Algunos otros solicitaron licencia para ausentarse del
cargo para buscar alcaldías, o lo que sea, lo importante es mantenerse en la
liana presupuestal, por aquello de lo que decía Carlos Hank González, ‘un
político pobre, es un pobre político’.
Y muchos de ellos con un cinismo a toda prueba, saldrá a
la calle a pedir el voto de los mismos ciudadanos a los que traicionaron al
votar en favor de la desaparición de 109 fideicomisos, en los que asestaron
puñaladas por la espalda a las madres solteras, a las mujeres violentadas, a
periodistas y luchadores sociales, y a la población en general al desaparecer
fondos que iban destinados a la infraestructura urbana, a la seguridad pública,
a la investigación, a la ciencia, a los cineastas, a los escritores y a un
sinfín de segmentos.
Algunos otros no movieron un solo dedo para tratar de
apoyar a sus estados y municipios ante la reducción presupuestal por parte del
Gobierno Federal, y aun así ¿creen que los ciudadanos volverán a votar por
ellos? Aunque por algunos nadie voto –al menos no directamente-, ya que
llegaron a sus actuales curules por la vía plurinominal. Y para que luego no
empiecen, entre esos fanáticos de la liana presupuestal, están metidos de todos
los partidos, y la gran mayoría de ellos no se merecen un solo voto, sino el
repudio de los ciudadanos.
Y lo peor es que por quienes llegaron a la diputación o a
la senaduría por la vía plurinominal, si sus partidos los vuelve a colocar en
las listas de representación proporcional, sin que nadie vuelva a votar por
ellos, van a repetir en su curul, aunque los ciudadanos no los quieran. Todavía
‘más peor’ diría la antítesis de aquél slogan de campaña ‘más mejor’, la ley
permite reelegirse –a los que llegaron por primera vez en el 2018-, en las
elecciones del 2021, 2024 y 2027, para sumar un total de 12 años en el cargo en
el caso de las diputaciones -es decir, una elección y hasta tres reelecciones-;
en el de las senadurías, les permite una elección y una reelección, es decir,
el mismo número de años cómodamente sentados en sus curules.
Por eso ese reducido y selecto grupo de los políticos
mexicanos, a estas alturas del partido el tema de la pandemia, la emergencia
sanitaria, los contagios y las muertes, les anda valiendo una pura y dos con
sal. Para ellos lo más importante es alcanzar primero una candidatura, y enseguida
intentar por todos los medios sujetarse de la liana presupuestal al alcanzar un
puesto de elección popular.
Es cuestión de prioridades. De lo de la pandemia, allá
que se encarguen los médicos, los gobernantes en turno y los ciudadanos, y de
éstos últimos nada más que no se nos vayan a morir antes de las elecciones,
porque significan votos. Ya después de votar, que pase lo que sea.
@JulianParraIba
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