Para
presumir
Julián Parra Ibarra
Durante los años de más alta incidencia delictiva en
nuestra Comarca Lagunera, Torreón –durante la administración del peor alcalde
que ha tenido en toda su historia, Eduardo Olmos Castro-, llegó a ocupar por un
par de meses consecutivos la nada envidiable posición como el municipio más
violento de México, liderazgo que al menos por ese bimestre, le arrebató al
puerto de Acapulco.
La Comarca estaba catalogada también como una de las
cinco regiones más violentas del mundo, y en su momento los gobiernos de uno y
otro lado del Nazas se tiraban la pelota de que los grupos delincuenciales que
operaban de un lado del lecho seco del río, eran los que generaban la violencia
del otro lado, y viceversa. Aunque, al final de cuentas a ambos les convenía
que en cuestión estadística la violencia se segmentara por municipios porque de
esa forma se diluía un poco la espantosa cifra que resultaba de la suma de los
municipios laguneros tanto de Durango como de Coahuila.
Ahora, dentro de sus mediciones en la Encuesta Nacional
de Seguridad Pública Urbana (ENSU), los municipios comarcanos están englobados
como lo que en realidad somos, una misma región, identificada como La Laguna.
En los resultados de la más reciente aplicada en septiembre pasado, es
increíblemente alentador ver la tabla de los municipios considerados por sus
propios habitantes como los de percepción más baja de inseguridad. De pronto
pareciera que la estamos viendo al revés, pero no, por fortuna esa es nuestra
realidad actual.
Aunque las capitales de Coahuila (Saltillo) y Durango
(Durango) aparecen mejor posicionadas, en cuarto y quinto respectivamente solo
detrás de San Pedro Garza García, San Nicolás de los Garza y Mérida e integran
el ‘Top ten’ de las ciudades más seguras de México, La Laguna no está tan mal
posicionada, está en el cabalístico casillero número 13.
Los ciudadanos son cuestionados en la aplicación de las
encuestas del INEGI respecto de qué tan inseguro se siente en la ciudad donde
vive, y los peor calificados municipios de esta muestra más recientes son
Ecatepec de Morelos, en el Estado de México, donde 96.3 por ciento de sus
habitantes se sienten inseguros, es decir solamente 3.7, ni siquiera cuatro de
cada 100 ciudadanos se sienten seguros.
Los demás integrantes de este deshonroso ‘Top ten’ son
Villahermosa, en Tabasco, con 94.5; Reynosa, en Tamaulipas, con 94.3; Cancún,
en Quintana Roo, con 92.8 y Fresnillo, en Zacatecas, con 90.8 por ciento de sus
habitantes que consideran insegura la ciudad donde viven.
La contaminación de La Laguna en materia de violencia,
inició durante la gestión del entonces panista José Ángel Pérez cuya ‘mejor
policía del norte’ se convirtió en una corporación totalmente infiltrada por
los grupos del crimen organizado, y que su sucesor en el cargo, Eduardo Olmos
dio de baja por completo en una sola acción, lo que alentó la ilusión de que el
entonces nuevo alcalde llegaba con toda la determinación y el carácter para
frenar el problema. Todo fue un espejismo, porque durante ese cuatrienio la
violencia se potencializó en Torreón y La Laguna.
Empujados por los grupos de la sociedad civil
que, venciendo y superando sus miedos y temores, se fueron recuperando las
plazas y los espacios públicos durante la administración de Miguel Ángel Riquelme
Solís –actual gobernador de Coahuila-, hasta que se logró por fin recuperar la
vida nocturna de la ciudad; espacios icónicos como el Cristo de las Noas, el
Museo Casa del Cerro, la Deportiva Compresora entre otros, se volvieron a
poblar de familias y niños, y la Plaza Mayor se convirtió en el nuevo ícono
como centro de reunión no sólo de torreonenses, sino de laguneros en general.
Torreón en particular y La Laguna en general, ha logrado
una pacificación gradual que nos colca ya entre las ciudades calificadas por
sus propios habitantes, como un lugar seguro para vivir. Así como durante los
años de la violencia no nos cansamos de denunciarla y gritar desesperadamente
por una mano que se nos tendiera para salir del agujero en que estábamos
metidos, hoy ver los resultados de la ENSU al mes de septiembre de 2018 son
motivo para presumirlo.
En el entorno estatal, ningún municipio de Coahuila
aparece entre los más inseguros y, por el contrario, entre los 15 con menor
percepción de inseguridad, aparece Saltillo en el cuarto lugar, Torreón en el
13 y Piedras Negras en el 14. ¿A poco no son números para presumir?
@JulianParraIba
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