La unidad, la diferencia
Julián Parra Ibarra
Camino a la renovación de la gubernatura de Durango, hasta hace un par de meses, el panorama que se presentaba era una muy importante de presencia y fuerza de Morena en la entidad, y con muchísimas posibilidades de conquistar el estado, donde en las intermedias de hace tres años, ganaron el municipio de Gómez Palacio, con la ex priista Marina Vitela Rodríguez.
Las cosas sin embargo, han venido dando un vuelco porque en la contienda interna participaron tres aspirantes, la propia alcaldesa gomezpalatina con licencia, y los senadores José Ramón Enríquez –el trapecista de la política comarcana-, y Alejandro González Yañez o Gonzalo Yañez o ‘El Tirantes’, como quiera usted decirle.
La cosa se torció el día que el ¿líder? Nacional de Morena, Mario Delgado, dio a conocer la designación de las candidaturas en las seis entidades en las que se renovarán la gubernatura este 5 de junio, y en el caso concreto de Durango, admitió que si bien Marina Vitela no era la menor posicionada –lo fue Enríquez- por cuestiones de género, la candidatura duranguense tenía que recaer en una mujer, y como Marina era la única mujer participante en la contienda, salomónicamente se decidió que ella fuera la ‘candidata única’ de Morena.
José Ramón Enríquez inició a partir de ese momento una serie de movilizaciones y acciones legales para buscar revertir la decisión. Legalmente, sus argumentos tienen toda la validez y peso, pero quién sabe si le permitan que se le conceda una decisión que vaya en contra de la voluntad de ya saben quién. El sábado pasado en su estancia en Gómez Palacio para entregar la constancia de precandidata única a Marina Vitela, las huestes de Enríquez irrumpieron en el evento, abuchearon a su líder nacional, le gritaron hasta de lo que se iba a morir, y lo obligaron a abandonar el recinto, y fuera de éste, la camioneta que lo trasladaba fue atacada a pedradas y huevazos.
La unidad al interior de Morena está muy resquebrajada, y lo que parecía ser que iban en caballo de hacienda rumbo a la gubernatura, se ha empezado a complicar principalmente por los conflictos internos, y resulta poco menos que creíble que Mario Delgado, teniendo todos los recursos habidos y por haber para impedir que se alborotaran las aguas, no haya logrado ‘planchar’ las cosas con José Ramón Enríquez, y le hayan permitido que con su movimiento haya crecido tanto como lo ha hecho hasta ahora, aunque tendríamos que admitir que le asiste la razón.
En la tienda de enfrente en cambio, en la alianza Va por Durango, que de principio parecía muy conflictuada y espinosa para definir al candidato de entre la perredista Mar Grecia Olivas, el panista Héctor Flores, y el priista Esteban Villegas Villarreal, parece que en el camino las calabazas se fueron acomodando y han logrado alinear los astros a su favor.
Finalmente, la designación recayó en Esteban Villegas Villarreal, y el panismo ya cerró filas en torno a su candidatura. El líder nacional panista, Marko Cortés, ya vino a Durango a reconocer que el mejor posicionado fue Villegas Villarreal.
Además, aunque en principio se veía muy complicado porque ella también aspiraba a la candidatura al Gobierno del Estado, finalmente se logró un acuerdo para que Leticia Herrera Ale se registre como la candidata de la Coalición Va por Durango a la alcaldía de Gómez Palacio, lo que sucederá este jueves por la mañana y, ya lo había comentado en este espacio, si esta mancuerna sale a trabajar en unidad, el priismo -a través de la colación, pues- podría recuperar de un solo golpe, la gubernatura y la alcaldía gomezpalatina.
En esta última también en el lado de Morena hay conflictos internos, porque la alcaldesa con licencia quiere imponer a su hija putativa, Betzabe Martínez Arango, haciendo a un lado al síndico con licencia y diputado federal con licencia, Omar Castañeda, a quien le han querido atribuir participación intelectual en las agresiones a Mario Delgado el sábado pasado en Gómez Palacio.
A como se vienen presentando las cosas, uno de los factores que más incidirá frente a los electores, es la unidad que se logre consolidar al interior de cada una de las coaliciones participantes, y que puede ser un factor que puede inclinar hacia un lado u otro la balanza.
En ‘Va por Durango’, parece que han tenido la madurez y el colmillo político para subsanar sus muy naturales diferencias, para poder salir en unidad hacia la constitucional. En ‘Juntos haremos historia’, el resto de los partidos que la integran son convidados de piedra y ni pio dicen, pero se bastan y sobran con las diferencias internas de Morena para provocar una desunión que podría ser suicida.
La unidad con que lleguen al inicio de las campañas, y que se mantenga durante el desarrollo de las mismas, puede marcar una diferencia. Ya lo veremos. Al tiempo.
laotraplana@gmail.com
@JulianParraIba
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