viernes, 12 de junio de 2020

Marc Crosas: Catalán con corazón Guerrero

Marc Crosas, surgido de la cantera más importante del mundo, La Masía en Barcelona, fue un elemento importante en la consecución del título del Clausura 2012 de Santos Laguna. El catalán militó durante tres años con los Guerreros, en la que resultó una etapa muy positiva en su carrera.

En esta edición del Podcast Guerrero el ex mediocampista, que ahora vive otra faceta como analista en un medio de comunicación internacional, nos brindó su percepción de la institución santista y algunos de sus recuerdos más emotivos con la verdiblanca:

¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando piensas en Santos?

“Es el Club que me abre las puertas a mí país, porque soy catalán de nacimiento y mis raíces son en Girona, ahí nací, ahí pasé prácticamente toda mi infancia, luego me fui a Barcelona y le di mil vueltas al mundo, pero donde encontré mi estabilidad y mi madurez fue en México, gracias a la Comarca Lagunera”. 

Jugaste en España, Francia, Escocia, Rusia… ¿cómo se dio la oportunidad de cruzar el Atlántico y llegar a los Guerreros?

“En uno de esos pasos que di en mi carrera en Escocia, conocí a Alejandro Irarragorri y a José Riestra, que en ese momento se estaban capacitando en Glasgow, gracias a ese intercambio de preparación y a esa hermandad que sigue vigente entre ambos clubes, entonces ellos se interesaron mucho por lo que podía aportar a la institución. Un año después, cuando estaba en Rusia, vuelve a aparecer la oportunidad porque Daniel Ludueña se naturalizó mexicano y quedó una plaza disponible, que fue la que tomé”.

¿Es la mejor decisión que tomaste deportivamente hablando?

“Y de vida, no solo deportiva. Todas las decisiones que he tomado en mi carrera futbolística han tenido más peso en mi vida personal que en mi vida futbolística, porque sí, primero está el análisis no real de la gente. En ese camino llamado vida tuve la suerte de conocer muchas culturas y de aprender muchos idiomas”.

¿Cuáles son los momentos más felices que recuerdas en esta etapa como santista?

“Fui papá en Torreón de mi primer y único hijo hasta el momento. Cuando estás jugando en el Estadio Corona, volteas a la grada y ves a tu hijo, es algo muy bonito e importante que no vas a olvidar nunca. Me quedo con el hecho de ver al equipo levantarse después de perder varias finales, tengo momentos imborrables con mis compañeros, incluyendo viajes y pretemporadas, pero sobre todo lo que me inculcó Santos como institución”.

¿Cómo eras dentro del vestidor?

“Intento ser una persona muy cercana, muy extrovertida, que suma. Me encanta estar al servicio de mis compañeros, de mis familiares y de mis amigos; en el vestidor era así”.

¿Qué compañeros se convirtieron en tus amigos? ¿Sigues en contacto con ellos?

“Al que más veces he entrevistado, ahora que estoy de este lado es a Oribe Peralta, porque me encanta hablar con él, la madurez que está alcanzando como persona y jugador es increíble; tenemos una buena relación. Sigo en contacto con Osmar Mares, con Antonio Olvera, que volvimos a ser compañeros en Tampico, con Daniel Ludueña, con Darwin Quintero y con Hérculez Gómez, que es con quien más hermandad tuve”.

¿Qué es lo que visualizas para el club en el futuro?

“Si todo regresa a la normalidad después de unos meses, después de un año, pienso que Santos es uno de los clubes ejemplares de este país, sobre todo por esa ideología de trabajar mucho con las Fuerzas Básicas, no solo en lo futbolístico sino en cuanto a la educación, porque al final tú estás formando a una persona, que no sabes si va a ser futbolista de Primera División, pero sí sabes que va a ser persona y que va a tener un mínimo de educación”.

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