EL CIELO SE
NUBLÓ EN EL CORONA,
PERO EL SANTOS NO PUDO
El cielo se
nubló en “El Corona”, los conjuros lanzados por los aficionados sumados a los
“polvos mágicos” en colores verdiblancos oscurecieron aún más la noche, pero no
dieron resultado, pues el primer tiempo del juego de ida de la final de la
Concacaf, Copa Campeones, transcurrió
como se esperaba, cerrado, con piques entre los jugadores que generaron un buen
número de tarjetas amarillas mientras la porra del Montrrey ni se aceleró y ni
se inmutaba, pues sabían fuerte a su equipo y esperaban cuando menos, el
resultado que obtuvieron, el empate a cero.
Hubo
llegadas de peligro por parte de ambas escuadras y sus directores técnicos,
investidos Pedro Caixhina en un elegante traje gris oscuro y Victor Manuel
Voucetich, con saco gris y pantalón en azul marino, no dejaron de mostrar su
preocupación por el resultado.
No era un
juego normal, era el primero de la final de esta copa y se sabían ambos
vulnerables, Caixhina pretendía el triunfo para asegurar una visita a la ciudad
del “Cerro de la Silla” tranquilo, con avance en el marcador, pero no alcanzó
su objetivo, mientras que Voucetich simplemente se apersonó en el Territorio
Santos Modelo son esa investidura que le otorga la experiencia, los resultados
anteriores que lo hicieron ver superior.
Mientras
esto sucedía, los gritos de “Santos”, “Santos”, “Santos” resonaron fuerte en
“La Casa del Dolor Ajeno”, donde los arqueros Oswaldo Sánchez y Jonathan Orozco
fueron los personajes del partido, enfrentaron importantes llegadas, tiros a
gol y provocaron que sus defensas mantuvieran un cerco que nunca fue violado.
Es más, ni
la salida de César “El Chelito” Delgado en el minuto 66 permitió ver en el
campo de juego la
superioridad numérica de “Los Guerreros”, quienes nunca
pudieron provocar otra oportunidad de gol, pues “Los Rayados” se atrincheraron
y simplemente esperaban la oportunidad de salir y buscar un posible gol que se
vio lejano.
Hubo muchos
intentos, jugadas en espacios cortos y algunos cambios de juego, los
aficionados santistas lucieron y menearon fuerte aplaudidores en cartón blanco,
los hicieron sonar, pero no causaron mayores aspavientos en sus ídolos de papel
que una vez más les fallaron. En sus butacas, orgullosos se veían
pintarrajeados en verde y blanco producto de los polvos lanzados al aire al
inicio del partido, sonreían, esperaban el milagro y cuando menos, que esos
“polvos mágicos” rindieran sus frutos, pero faltó el empuje de balón que
perforara las redes de “Los Rayados”.
El cielo se
nubló en El Corona cuando los “polvos mágicos” de “Los Guerreros” volaron por
los aires, pero desafortunadamente no provocaron el resultado que se esperaba,
ahora, deberán recurrir a otros artilugios para ganar en el Estadio del
Tecnológico de Monterrey en esa calurosa ciudad, que sin lugar a dudas el
próximo primero de Mayo, Día del Trabajo lucirá aún más candente que lo
acostumbrado.
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