Todo era relativo, pero la derrota de 3 goles por 2 y los
abucheos de los casi 20 mil aficionados es una realidad
Todo era relativo. Un
estadio Corona medio lleno o medio vacío al inicio del encuentro
Santos-Querétaro, según el enfoque; lo era también el ambiente, medio
interesante o medio aburrido y lo fue el gol primero anotado en el futbol
mexicano por un africano, Djaniny Tavares, quien en el minuto 20 prendió las
escuálidas esperanzas santistas al subir el marcador, pues apenas 8 minutos
después, el extremo Carlos Izquierdoz trabó a Camilo Da Silva provocando un
penal que marcaría el empate a uno.
Los registros están dados: el gol primero anotado por
Djaniny Tavares en el minuto 20 levantó los gritos de “Santos”, “Santos”, “Santos”,
que fueron apagados por el penal metido en las redes de Oswaldo Sánchez por Camilo
Da Silva en el minuto 28; a los cuarenta minutos Querétaro en los pies de Emilio
López anota el segundo tanto aprovechando un error de marca en un saque de
banda que es empatado por Javier “Chuletita” Orozco en el minuto 64, pero, casi
al final del partido, en los 87 minutos, William Da Silva da el picotazo final
a Los Guerreros y les corta el vuelo.
Lo demás es historia. El acompañamiento de Alejandro
Irraragori a la familia de Christian “Chucho” Benitez; la transmisión del
emotivo video con el tema musical “Color de la Esperanza” de Diego Torres
haciendo alusión a lo obscuro de la piel del nuevo Guerrero Inmortal; la anécdota
narrada por el escultor Jesús Siller que hizo recordar lo supuestamente bien
dotado que era “Chucho” Benitez y que también esculpió la estatua del “Pony”
Ruiz;
Todo era relativo, lo que no fue, es la derrota ahora en la
Liga MX del Santos Laguna ni la tristeza que dijo sentir Lizeth al estar en
esta tierra lagunera sin su amor, sin “Chucho” porque ahora tenía un
sentimiento de dolor, pues regresaba sin el padre de sus hijos y compañero de
buenos y gratos momentos. Tampoco fue relativo el agradecimiento lanzado a la
ex madrina del Santos, a Angie, quien estuvo presente durante la develación de
la estatua de “Chucho” Benitez quien, como guerrero, le tendió la mano y le
ofertó un gran apoyo. Todo era relativo. La realdad debe volver a la directiva
del Santos Laguna y determinar acciones que encaucen el buen juicio para
entregar a sus aficionados resultados mejores.
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