Soña que vola
Julián Parra Ibarra
Una de las múltiples bromas que se han hecho a costillas del ex presidente Vicente Fox Quesada –y de muchos más, pero hay algunos que tienen a piel muy delgadita y son muy intolerantes-, es que cuando buscaba la candidatura de su partido, Acción Nacional (PAN) a la presidencia de la República siendo gobernador de Guanajuato, acudió a las oficinas del Comité Ejecutivo Nacional y preguntó dónde podía presentar su solicitud y registrar su candidatura. Le indicaron cuál era la ventanilla correspondiente, y cuando dijo al encargado cuál era el motivo de su visita, éste mirándolo de arriba a abajo con una sonrisa burlona le contestó “¿está usted pendejo?”. Y el otro socarronamente le respondió: “si es requisito, sí lo cumplo”.
Con todo lo que se le quiera colgar de milagritos, el guanajuatense inauguró una versión totalmente contraria a la de Fidel Velázquez en los años más brillantes del priismo, de que en la política como en la fotografía, “el que se mueve no sale, y el que se agacha, tampoco”. Le madrugó a su partido, creó su propia estructura y organización con ‘Amigos de Fox’, y cuando en el PAN se dieron cuenta, ya lo tenían bien trepado en las barbas y ya no les quedó otra que otorgarle la candidatura presidencial para las elecciones del 2000.
Tras su triunfo en las urnas, más de uno y en más de un partido, concluyeron que, en este país, cualquier güey podría llegar a ser presidente.
En el PAN, después de candidaturas de la altura de un Diego Fernández de Cevallos ‘El Jefe’ o Manuel Clouthier ‘Maquío’, tuvieron su peor momento y el más pobre representante en la elección de 2018, con Ricardo Anaya, quien buscó la dirigencia nacional de su partido, para impulsar su propia candidatura a la Presidencia. Seis años después, Marko Cortés también abriga el sueño guajiro de ser candidato y -solo a él se le ocurre y lo cree-, convertirse en presidente de México, y al igual que su antecesor, hace todo lo que tenga que hacer para alcanzar su objetivo, pasando por encima de los demás, traicionando, vendiendo a sus amigos y, ya se ha de imaginar, el final que tendrá esta intentona de su parte ¿Alguien en su sano juicio se podría imaginar a la gente votando por y convirtiendo a Marko Cortés en Presidente de México?
Pero como él sí lo cree, recorre el país, sobre todo los estados donde este 5 de junio habrá elecciones, y respalda cualquier tipo de sandeces, atropellos y traiciones de sus dirigentes estatales, con tal de quedar bien con ellos, creyendo que así los tendrá de su lado, y lo apoyarán en su triste y loca aventura de impulsar desde la presidencia nacional del PAN, a la candidatura presidencial.
Por eso sin mayor empacho, dio el espaldarazo y su apoyo a las decisiones que en Durango tomó por cuenta propia Verónica Pérez Herrera, presidenta del CDE del PAN en la entidad, amafiada con Marcelo Torres Cofiño -enviado como delegado de su partido a esta entidad-, y cuyos cambios en las planillas de algunos ayuntamientos para colocar a sus propios peones, yendo aún en contra de las posiciones que ya había colocado el gobernador José Rosas Aispuro Torres, a quien le ganó el ‘juego de vencidas’ y lo dejó exhibido como un mandatario débil.
En la planilla que en Gómez Palacio encabeza la señora Leticia Herrera, estaba acordado que la sindicatura sería para Oswaldo Santibáñez, en ese momento subsecretario de Gobierno en La Laguna, de hecho solicitó licencia al cargo con la venia del Gobernador que así lo había dispuesto, pero Verónica Pérez movió las piezas para colocar a su asistente, Jaime Aguilera, una persona que ni duranguense es, y por tanto no puede sumar un solo voto a la causa, en detrimento del proyecto global de la alianza Va por Durango.
Hubo momentos que incluso puso en riesgo la alianza, no sólo en el municipio, sino en el proyecto estatal que es recuperar Gómez Palacio, y la gubernatura.
Los movimientos que realizó fueron en contra de lo dispuesto por Aispuro Torres y por tanto le provocó un gran enojo, pero vino Marko Cortés y avaló todo lo que Pérez Herrera ha venido haciendo, dicen los panistas duranguenses, en contubernio con Marcelo Torres Cofiño, quien hace seis años si algo sembró en la campaña de Rosas Aispuro, fue la discordia.
Hoy dicen los panistas duranguenses, está trabajando para hacer en Durango, lo que hizo con el PAN en Torreón, donde además de no poder ganar las elecciones del año pasado para la alcaldía, dejó a su partido hecho trizas, y algo parecido está haciendo en Durango, de la mano de la presidenta de blanquiazul en la entidad, y quienes, para colmo, avalados por su dirigente nacional, Marko Cortés, quien desde ahora ‘soña que vola’ que llegará a ser el candidato a la presidencia, y que se convertirá en el sucesor de Andrés López. ¡Pobrecito!
laotraplana@gmail.com
@JulianParraIba
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