VISITA PAPAL A MÉXICO

Con gran alegría y entusiasmo se llevó a cabo la visita pastoral del Papa Benedicto XVI a tierras aztecas, el Sumo Pontífice llegó a nuestro país el viernes 23 de Marzo al Aeropuerto Internacional de Guanajuato. Luego de un vuelo de 14 horas, el avión aterrizó a las 16: 13 horas, donde se encontraba esperando el presidente de México Felipe Calderón Hinojosa al lado de su esposa Margarita Zavala, al bajar el Papa, se entonaron los himnos nacionales de México y del Vaticano para luego disfrutar de una muestra artística de bailables típicos de nuestro país. En esta visita el Papa dejó claro el mensaje de paz para México, se mostró contento con el gran recibimiento que le dio el pueblo de Guanajuato, que incluso comentó que después de esta experiencia comprendía por qué su predecesor Juan Pablo II había expresado en una ocasión que se sentía un Papa Mexicano, recibió con entusiasmo a las miles de personas que se dieron cita en las diferentes arterias de la ciudad de León por donde el papamóvil recorrió el camino hacia el colegio Miraflores donde el Papa estuvo hospedado. Fue claro el fervor católico y el amor al Papa manifestado en la Misa que se celebró el domingo 25 de marzo en el parque Bicentenario de Silao Guanajuato, ya que más de seiscientos mil personas se dieron lugar en este recinto donde estuvo presente todo la jerarquía católica de México y de América Latina, con la que Benedicto XVI se reunió en privado para celebrar las vísperas dominicales donde comentó que “Al ver en sus rostros el reflejo de las preocupaciones de la grey que apacientan, me vienen a la mente las Asambleas del Sínodo de los Obispos, en las que los participantes aplauden cuando intervienen quienes ejercen su ministerio en situaciones particularmente dolorosas para la vida y la misión de la Iglesia. Les ruego a ustedes, Pastores de las diversas Iglesias particulares, que, al regresar a sus sedes, trasmitan a sus fieles el afecto entrañable del Papa, que lleva muy dentro de su corazón todos sus sufrimientos y aspiraciones", dijo y sentenció: "ustedes no están solos en los contratiempos... todos estamos unidos en los padecimientos y en la consolación". A los jerarcas de la Iglesia, el Papa les pidió acompañar a sus colaboradores en el horizonte pastoral de la Misión Continental: "es de capital relevancia cuidar con gran esmero de los seminaristas, animándolos a que no se precien de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. No menos fundamental es la cercanía a los presbíteros, a los que nunca debe faltar la comprensión y el aliento de su Obispo y, si fuera necesario, también su paterna admonición sobre actitudes improcedentes. Son sus primeros colaboradores en la comunión sacramental del sacerdocio, a los que han de mostrar una constante y privilegiada cercanía. Igualmente cabe decir de las diversas formas de vida consagrada, cuyos carismas han de ser valorados con gratitud y acompañados con responsabilidad y respeto al don recibido. Y una atención cada vez más especial se debe a los laicos más comprometidos en la catequesis, la animación litúrgica, la acción caritativa y el compromiso social. Su formación en la fe es crucial para hacer presente y fecundo el evangelio en la sociedad de hoy. Y no es justo que se sientan tratados como quienes apenas cuentan en la Iglesia, no obstante la ilusión que ponen en trabajar en ella según su propia vocación, y el gran sacrificio que a veces les supone esta dedicación". Nuevamente, en el camino hacia el bien común el Papa pidió a los obispos "estén del lado de quienes son  marginados por la fuerza, el poder o una riqueza que ignora a quienes carecen de casi todo. La Iglesia no puede separar la alabanza de Dios del servicio a los hombres. El único Dios Padre y Creador es el que nos ha constituido hermanos: ser hombre es ser hermano y guardián del prójimo". México vio partir al Papa el lunes 26 de marzo con lo que terminó su primera visita pastoral a nuestro país. El Sumo Pontífice siguió su itinerario a Cuba donde también realizó una visita pastoral.