Julián Parra Ibarra
Patada
en los bajos
A través de las redes sociales y de los medios
tradicionales, los torreonenses han expresado su molestia por el nombramiento
que la semana pasada le extendió el gobernador Rubén Moreira al ex alcalde de
Torreón, Eduardo Olmos Castro, quien se convirtió en encargado –decir que es el
responsable sería falaz-, de la oficina del Gobierno de Coahuila en el Distrito
Federal.
La designación de Olmos Castro constituyó un auténtico
golpe a los bajos para muchos, después del desastroso papel que tuvo durante
cuatro años como alcalde de Torreón, periodo en el que el municipio cayó en la
peor de sus crisis, de seguridad, económica, de obras, de servicios, de
responsabilidad social y de credibilidad en las autoridades municipales, cuya
onda expansiva hoy día es fecha que no termina y ha afectado a la actual
administración encabezada por Miguel Ángel Riquelme Solís.
Polvos
de aquellos lodos
Y el traspaso de la factura de la anterior a la actual
administración no se la platico yo, sino que funcionarios de diferentes
dependencias –empezando por el Alcalde- dan cuenta de todas las trapacerías y
excesos cometidos por sus antecesores y que le están costando al actual equipo
de trabajo.
Durante su comparecencia de los directores de área ante
las comisiones del Cabildo para detallar lo realizado en el primero año de la
administración, el tesorero Enrique Mota Barragán es uno de los que han sido
más claros.
El aumento de la deuda, dijo, no obedece a una mala
planeación financiera, sino al pasivo y los compromisos heredados por la
anterior administración, que ha resultado un lastre. Solamente el pasivo a
corto plazo por casi 246 millones de pesos, les restó margen de maniobra.
¿Y todavía lo premian con la representación de Coahuila
en el DF? Aceptar un encargo así, con esos antecedentes, es cosa sólo de
cínicos y desvergonzados. Luego les platico la posición que él quería y que por
fortuna le fue negada.
Ya
se tardó
Por cierto que el alcalde Riquelme Solís ya se tardó en
anunciar los cambios que realizará en su equipo de trabajo de cara al segundo
año de su administración. Inicialmente dijo que a los seis meses y el único
cambio que se realizó fue en Cultura. Luego dijo que al cerrar el primer año.
En diciembre prometió que iba a permitir que todos los
funcionarios tuvieran unas fiestas decembrinas tranquilas, pero que entrando el
año entraría en acción la guadaña, y ya en el año nuevo incluso dijo que no
serían enroque, que los movimientos serían bajas de los que no cumplieron con
las expectativas.
Pero no ha pasado nada, aunque muchos dicen que el último
parámetro son las comparecencias ante Comisiones, y que –ahora sí-, una vez que
terminen empezarán a cantar las golondrinas a los que serán invitados a
desalojar la administración.
Con
todo
En una reunión de mandos policiacos de los tres niveles
que se reunieron este miércoles en la sede de la policía federal, la única
instrucción que se giró hacia los agentes fue: detener y consignar a cuando
inmigrante indocumentado se encontrara en los diferentes cruceros de la
Torreón.
¿Estará enterado de este tipo de medidas el gobernador
Rubén Moreira? La pregunta es porque la acción se contrapone a la política de
la actual administración, de un respeto absoluto a los derechos humanos y de
apoyo a los migrantes –independientemente de cuál sea su nacionalidad, incluso
si son mexicanos-, de apoyarles en su paso por la entidad en su camino rumbo a
los Estados Unidos.
¿Estará notificada también la Comisión Estatal de
Derechos Humanos y sus visitadores estarán vigilantes de que no haya excesos en
contra de quienes cometen el delito de tener hambre, de
provenir de sitios donde se les han cancelado las oportunidades de trabajo, y
de huir de la violencia, la pobreza y la falta de trabajo?
Twitter: @JulianParraIba
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