Julián Parra Ibarra
Del
chongo
Pues con la novedad de que a nivel nacional, los panistas
andan -¿otra vez?- agarrados del chongo, y se andan dando con la cubeta y hasta
por debajo de la lengua, a los más altos niveles, entre los grupos que
representan el presidente del partido, Gustavo Madero, y el ex presidente del
propio PAN y de la República, Felipe Calderón Hinojosa, porque ambos mandos
quieren tener el control y la manipulación del partido.
Los calderonistas no perdonan que los maderistas le hayan
hecho el ‘fuchi’ a la ex primera dama, Margarita Zavala, a la que excluyeron de
la lista de los diputaciones plurinominales, lo que provocó que ella anunciara
que iría por la dirigencia nacional del PAN, y que el ex mandatario dejara
abierta la posibilidad de crear su nuevo y propio partido, aunque dicen que
éste ya está constituido y reconocido por las autoridades del INE, porque al
matrimonio Calderón Zavala se le atribuye la ‘propiedad’ del recientemente
constituido Partido Humanista.
Madero ha sumado al pleito a sus peones, entre ellos a
Juan Molinar Horcasitas, quien fue uno de los funcionarios consentidos de la
administración pasada, y ahora le tira de patadas al pesebre.
Lazo
de cochino
Otra muestra de la ‘unidad’ panista y como parte de esa
guerra intestina que llevó a una rápida descomposición al PAN una vez que después de 70 años llegaron al
poder, es la sutil columna que le dedica el ex primer cuñado del país, Juan
Ignacio Zavala, quien el pasado martes escribió en su ‘Autonomía relativa’ (http://www.milenio.com/firmas/juan_ignacio_zavala/bajeza_18_453134692.html)un artículo titulado
‘La Bajeza’, a la
que el ex panista se refiere como ‘una de las actividades cotidianas de la
política’.
En
ella se refiere al pleito entre los chihuahuenses César Duarte, priista
gobernador del ‘Estado Grande’, y Javier Corral, senador blanquiazul de la
misma entidad, y a ambos los deja ‘como lazo de cochino’ -pero de una manera
muy elegante-, por el ‘torneo de bajezas´ que ambos personajes protagonizaron
la semana pasada.
Pero de su ex correligionario escribió: “El senador Corral es un político de talento innegable, de inteligencia
rápida y filosa que tiene tintes de cruzado. Enamorado de sí mismo, le gusta
escucharse, se aplaude solito, no tiene más horizonte que el espejo que pule
con vieja retórica, con gestos añejos que se pueden ver en películas de
espadachines justicieros. Pocos escapan a su pensamiento mordaz, a su lengua
viperina, a su concepción retorcida de la vida, a su alma envenenada. Presto
siempre a la traición alegando motivos de pureza, desconoce el sentido y la
dimensión de la palabra afecto”.
Niño
inquieto
A
nivel local, el que anda desatado atrayendo atraer reflectores, cámaras y
micrófonos es otro senador, Luis Fernando Salazar, quien en un par de semanas
ha convocado a sendas ruedas de prensa para lanzarse primero contra el Gobierno
del Estado, y enseguida contra el alcalde de Torreón, Miguel Ángel Riquelme
Solís, aunque en ambas con hechos y documentos le han desvanecido totalmente
sus argumentos.
A
Luis Fernando como que le empiezan a ganar las ganas de querer ser el candidato
de su partido rumbo a la gubernatura de Coahuila para dentro de dos años, y con
sus acciones actúa como ‘descuentero’, queriendo ganarle terreno a sus propios
compañeros de partido que traen las mismas aspiraciones.
Quizá
los movimientos del ‘Niño azul’ en el tablero, obedezcan a que sabe
perfectamente que tras el agarrón nacional, en Coahuila el principal
damnificado es Guillermo Anaya Llamas ex primer compadre de México –su maestro,
pastor y guía-, y quien ahora forma parte del grupo de los ‘apestados’ para
Gustavo Madero y compañía.
No
cabe duda lo escrito por Juan Ignacio Zavala: Hay cosas que se solucionan en el
diván, no en la política.
Twitter: @JulianParraIba
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