viernes, 4 de octubre de 2019
A LA BÁSCULA
Para eso me gustaba
Julián Parra Ibarra
En más de una ocasión en este y otros espacios lo dijimos más de una ocasión, que la designación de Eduardo Olmos Castro como presidente del Comité Municipal del PRI en Torreón en la búsqueda del partido tricolor por recuperar el terreno perdido no sólo en Torreón, sino en toda la Comarca
Lagunera, más que servir de apoyo, se le iba a convertir en un verdadero lastre a su partido, y a Samuel Rodríguez, designado para intentar de reconstruir lo que queda del priismo en la región.
Olmos Castro, lo hemos repetido hasta el hartazgo, dado el valemadrismo con el que actuó en el periodo para el cual la ciudadanía lo eligió como Alcalde de Torreón, dejó al municipio sumido en una de sus peores crisis, económica, de gobernabilidad, de seguridad. Durante su gestión, Torreón
tuvo durante un bimestre la nada honrosa distinción de ser la ciudad más violenta de México, periodo en el que desplazó de esa posición al puerto de Acapulco.
Durante largos periodos se ausentaba de la región, del estado e incluso del país, y dejó en otras manos el manejo de la administración. Y cuando estaba en la ciudad, en el día estaba en su oficina de la Presidencia, pero en las noches dormía en Gómez Palacio debido a la inseguridad reinante en ese
tiempo.
A muchos, muchísimos pequeños y medianos empresarios, que ilusamente soñaron y pensaron que al convertirse en proveedores del Municipio les ayudaría a salir adelante a sus finanzas, fue literalmente su sentencia de muerte. A todos los dejó colgados de la brocha, no les pagó y los envió
directos a la quiebra.
Dejó a lo largo y ancho del municipio cientos de damnificados por su indolencia e irresponsabilidad. Adentro de su partido de igual manera dejó muchísimos damnificados a su paso, por lo que con todo y que su llegada al PRI municipal fue una imposición, jamás pudo ejercer como tal con eficiencia, porque es un tipo que no puede salir a darle la cara a la gente, sabe que hay muchos afectados por su paso por la alcaldía torreonense.
Para fortuna de los priistas, Olmos se fue muy pronto, solicitó licencia por tres meses para ir a apoyar a ‘Amlito’ en la búsqueda de la presidencia nacional de su partido. En su momento sugerimos desde este espacio, que Samuel Rodríguez debería aprovechar la oportunidad para sacudirse de su
nefasta presencia, que en los planes de la ‘reconquista de La Laguna’, Lalo Olmos iba a ser un pesado, pesadísimo lastre.
No hubo necesidad de ello porque reconquistar La Laguna requiere de mucho trabajo, algo que Lalito no sabe hacer, que nunca ha hecho, y que no estaba dispuesto a empezar a hacer a estas alturas del partido. Solito, sin hacer ruido, dejó que transcurrieran los tres meses del permiso para quedar fuera
del PRI.
Total, para que se pone a trabajar, si de todas maneras ‘El Jefe’ se lo lleva a pasear a China sabrá Dios en calidad de qué, pero sigue pegadito a su sombra. Bonito asunto, lo mandaron a recomponer el desmadre que se generó en gran parte por su terrible y desastroso paso por la alcaldía torreonense, y dejó la chamba tirada. Para eso me gustaba.
Eso sí, le dejó minado el camino a Samuel Rodríguez para que éste no pudiera llevar a cabo los trabajos de limpieza que pretendía hacer en su partido. Muchos ‘columnazos’ en contra del ‘Profe’ no son sino ‘fuego amigo’ de quien le habíamos advertido que más que ayuda se le iba a convertir en
lastre. Las cosas se pusieron a tal grado, que todo indica que el actual diputado con licencia está próximo a emigrar de tierras laguneras para ir a un mejor puesto al gabinete estatal.
El gran problema es que el priismo torreonense se queda más desprotegido que nunca, porque el paquete de la presidencia del Comité Municipal le ha quedado exageradamente grande a Olivia Martínez.
Si es que en verdad se pretende recuperar terreno en La Laguna en la elección para diputados el año entrante, y recuperar a la ‘Perla de La Laguna’ en dos años más, se requiere a gente con capacidad, con experiencia.
No se entiende cómo es que se pretende reconquistar a La Laguna, y dejan al partido abandonado y quizá en uno de los momentos más debilitados. A menos de que resulte ser cierta la especie de que Marcelo Torres Cofiño se enfila como el ‘candidato oficial’ para la alcaldía de Torreón, y que ya todo
esté planchadito. Al tiempo.
laotraplana@gmail.com
@JulianParraIba
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